¿A dónde va esta niña?
Con el pelo partido por una raya
de pendientes arrancados a plazos,
con las notas de la primera evaluación de malos tratos
y los zuecos de suela de ataúd
va errante desde el viejo sexo de una extraña canción
hacia alguna odiosa y brutal noche de siembra
aún remota
por el cruel contiente de los sentimientos humanos.
Sí, hasta el mismo dios tiene tan sólo barcos tatuados...
Vladimir Holan, “Pero existe la música”, Ed. Icaria
Imagen, Antony Crook
2 comentarios:
"por el cruel continente de los sentimientos humanos", que no se termina de descubrir ¿no?
(veo la niña y sus "circunstancias" pero no entiendo lo de barcos tatuados).
Maia,
el último verso es un destello...lo incomprensible del acontecer. Seres en un maremagnun de pendientes peligrosas y otros a salvo de cualquier caída. Creo que eso significa...
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