martes, 11 de marzo de 2014

Inmenso y rojo


Immense et rouge 
Au-dessus du Grand Palais 
Le soleil d'hiver apparaît 
Et disparaît 
Comme lui mon coeur va disparaître 
Et tout mon sang va s'en aller 
S'en aller à ta recherche 
Mon amour 
Ma beauté 
Et te trouver 
Là où tu es

Jacques Prévert

Imagen, Kate Pulley
"Voy a la biblioteca. Sin elegir, leo media página de cualquier cosa. No necesito hablar. Pero escucho. [..] Ahora he escuchado hablar. Se han ido ya. Vengo sola. [..] Entonces escucho el sonido que espero. Más y más, se aproxima, oscila, se detiene en mi puerta. Lloro, `Entra. Siéntate junto a mí. Siéntate aquí, en el brazo del sillón'. Arrastrada por la antigua alucinación, lloro, `Acércate más, más cerca. "- Virginia Woolf,  Las Olas.

lunes, 10 de marzo de 2014

recopilaciones

Anja Mulder 


Paula Valentim

Mieke V. Willems

Fiona Watson, un libro no escrito



Anja Mulder



pequeños tesoros recogidos en el parque

Anja Mulder pequeña colección en noviembre



Georgia O'Keeffe con su colección de piedras por Ralph Looney 


Georgia O'Keeffe, con su colección de piedras por John Loengard



 "Siempre he cogido flores allí donde las he encontrado, he recogido caracolas y piedras y trozos de madera donde había caracolas y piedras y trozos de madera que me gustaban [...]. De la misma forma, cuando encontré en el desierto los hermosos huesos blancos los recogí y me los llevé a casa [...]. He pintado estos objetos para expresar lo que significan para mí la amplitud y el milagro del mundo en el que vivo" - Georgia O´Keefee



Georgia O'Keeffe con su piedra favorita de su colección de rocas, Albiqui, Nuevo Méjico, 1966 por John Loengard




Felice Casorati, Chica en una alfombra roja



Amelie, Jean-Pierre Jeunet, 2001

"Sólo el descubridor de la tumba de Tutankamón sabría cómo se sintió ella al encontrar este tesoro escondido por un niño hace 40 años"

domingo, 9 de marzo de 2014

casa del árbol

             Francesca Woodman - Untitled, 1974-1975 

sábado, 8 de marzo de 2014

Alejandra Pizarnik - niña que en vientos grises vientos verdes aguardó



Alejandra Pizarnik, a la edad de cuatro años con sus amigas 



La niña del jardín
.
A Daniela Haman
.
Un claro en el jardín oscuro o un pequeño espacio de luz entre hojas negras. Allí estoy yo, dueña de mis cuatro años, señora de los pájaros celestes y de los pájaros rojos. Al más hermoso le digo:

—Te voy a regalar a no sé quién.
—¿Cómo sabes que le gustaré ? —dice.
—Voy a regalarte —digo.
—Nunca tendrás a quién regalar un pájaro —dice el pájaro.


.Alejandra Pizarnik, de Prosa completa

*los versos del título son de Los pequeños cantos XV, de Poesía Completa

viernes, 7 de marzo de 2014

Alicja Bloch






Alicja Bloch,  fotógrafa de Polonia, crea retratos surrealistas, enigmáticos. autorretratos conectados con otra vida que vivimos al mismo tiempo que la vida real, me gusta la simplicidad y el silencio creado alrededor de sus fotografías, momentos detenidos de los sueños, del pensamiento, del destino y del recuerdo.

L'Amour et Psyché


    Imagen, Mirja Roozen

sueños de un otoño de color ámbar

Imagen, Charlotte Clara

jueves, 6 de marzo de 2014

Anna de todas las Rusias




"Yo nací en el mismo año que Charlie Chaplin, Tolstoi 'La Sonata a Kreutzer", la Torre Eiffel, y, al parecer, TS Eliot. Ese verano París celebraba el centésimo aniversario de la toma de la Bastilla - 1889. Las antiguas fiestas de la víspera de San Juan festejaban la entrada al verano, y aún se celebra en la noche de mi nacimiento, 23 de junio. Me pusieron el nombre de Anna en honor a mi abuela, Anna Egórovna Motovilova. Su madre, descendiente del Genghis Khan, fue la princesa tártara Ajmátova, cuyo nombre tomé para mi nombre literario" Anna Ajmátova en  "Páginas de un diario"

"Los visitantes que se reunieron con Ajmátova podrían confundirla con la pobreza.  Había estado viajando durante veinte años con la misma maleta, que no contaba con una cerradura y tuvo que ser asegurada por una correa. Sólo tenía un viejo gorro y un liviano chal, que llevaba siempre, no importa qué tipo de clima hiciera, aunque más tarde su amiga Valentina Shchegoleva le legó un abrigo de piel. En el interior, Ajmátova solía llevar pijama de color escarlata. Y hasta el final mantuvo siempre su famoso flequillo."

"Ajmátova era, en palabras de Brodsky, dicho brevemente, una persona sin hogar y- utilizando su propia expresión - sin pastor. Los conocidos cercanos la llamaban "la reina errante", y realmente en su cara - sobre todo cuando se levantaba e iba a nuestro encuentro en el apartamento de alguien - había algo de reina ambulante y sin abrigo." 

"En 1913, El Perro Vagabundo fue uno de los pocos lugares de la vida nocturna de San Petersburgo, donde la gente literaria y artística, a menudo con poco dinero, podían sentirse bienvenidos (...) Ajmátova a menudo se sentaba fumando un cigarrillo en una mesa lateral, vestida con una falda estrecha, un pañuelo sobre los hombros y un collar de ágata negro...Alexander Blok, el gran poeta de la generación anterior, encuentra la belleza de Ajmátova extrañamente aterradora. Mandelstam la describió como "un ángel negro" con la marca de Dios sobre ella."


En un poema temprano, Ajmátova describió la atmósfera opresiva aún embriagadora de El Perro Vagabundo:
Estamos todos los borrachos aquí, en el sueño de todo.
Juntos formamos una multitud desolada.
Incluso los pájaros y las flores pintadas en las paredes
parecen ser anhelo de las nubes.
 

"Era un mundo de todo tipo de experimentación, sobre todo sexual. El amor entre mujeres o entre hombres y ménages à tríos fueron fácilmente aceptados entre los intelectuales. Anna Ajmátova, también fue parte de esta sociedad sexualmente promiscua, aunque ella se había casado con Nikolay Gumilyov el 25 de abril de 1910. En la vejez, ella habló de su vida en común como "un matrimonio de extraños", mientras Gumiliov describió su propia infelicidad al estar casado con "una bruja, no una mujer."


"En medio de esta agitación interna, el Fondo Literario había asignado a Ajmátova una dacha en Komarovo: una casa pequeña, en Fontanka, con una única habitación bastante oscura y una pequeña cocina. Se le dió la primera oportunidad que tuvo de disfrutar de su propio espacio de vida desde antes de la Primera Guerra Mundial. Estaba amueblado en gran medida con los regalos de los amigos: había sillas antiguas con patas bellamente talladas, cuya tapicería estaba rasgada, y una mesa estrecha, evidentemente, hecha a partir de una puerta. Trabajaba en un largo y estrecho escritorio sobre el que había candelabros de porcelana y un tintero de porcelana. Debajo de la mesa había un estante donde guardaba todo tipo de carpetas y papeles. Tenía la costumbre de hurgar a ciegas a través de este estante, Brodsky recuerda, cómo a veces era capaz de encontrar un poema olvidado entre los papeles, a menudo de muchos años antes. Ella decía, que el poema había "surgido" y luego llevaba la fecha anexada correcta debajo. Siempre había flores por todas partes; en jarras, tazas y vasos. "


"El 19 de agosto de 1939, en un poema escrito en la casa de la Fontanka, Anna Ajmátova habla de la muerte mediante la forma familiar de" tú "- como si estuviera hablando con un amigo cercano: Vendrás de todos modos - ¿Por qué no ahora?  Cuánto he esperado - Vienen los malos tiempos. No puedo soportarlo más. He apagado la luz y abierto la puerta para ti porque eres mágica y milagrosa."

"En una sala de esa casa. En una única silla de esa diminuta salita está el mítico fular blanco, regalo de Marina Tsvietáieva, la pieza de ropa preferida de Anna a lo largo de su vida."  


"Anna of All the Russias. The Life of Anna Akhmatova", Elaine Feinstein

martes, 4 de marzo de 2014

Josef Sudek - fotógrafo "Poeta de Praga"

Josef Sudek  fotógrafo checo (Kolin, 1896 - Praga 1976). Durante la Primera Guerra Mundial fue alistado en el ejército. En el frente italiano en 1917 herido en una explosión de granada perdió el brazo derecho. A raíz de esto no pudo seguir en su oficio de encuadernador y se concentró completamente en la fotografía que hasta entonces había sido sólo un pasatiempo. Conocido como el "Poeta de Praga", Josef Sudek es uno de los fotógrafos checos más destacados y apreciados. 








Sus primeros trabajos incluyen muchas series de la luz que incide en el interior del St. Vitus Cathederal. Durante y después de la Segunda Guerra Mundial, Sudek fotografía escenas nocturnas y panoramas de Praga, el paisaje boscoso de Bohemia, y el cristal de la ventana que daba a su jardín. Su primera exposición occidental fue en la George Eastman House en 1974. Publicó 16 libros durante su vida. Nunca se presentó en las inauguraciones  y exposiciones, y pocas personas aparecen en sus fotografías. 





Laberinto en su Atelier, 1960

En los años 20 fue miembro del Círculo de Aficionados de la Fotografía de Praga. Allí conoció la obra del americano Clarence H. White y de otros fotógrafos de la época. Entre 1922 y 1924 estudió en la escuela gráfica en el taller del profesor Karel Novák. Conoció diversos estilos de trabajo y tendencias del mundo de la fotografía, pero tomó su propio camino.





En 1927 se instaló en su nuevo atelier "en el jardín", en Malá Strana, en el centro de Praga. Allí trabajó hasta su muerte en el año 1976.

"El jardincito mágico, era de verdad un jardín mágico, donde me sentía en casa y donde estaba muy a gusto."


"Ésta era en su tiempo una lámpara para ocasiones especiales, y se relacionan muchas memorias a ella," comenta Sudek de una de sus obras.


Sudek siempre utilizaba cámaras de gran formato, de hasta 30 x 40 cms. Su preferida era una vieja Kodak Panoramic de más de 50 años. Sus contemporáneos recuerdan su típica figura cubierta por un ancho capote negro, con el trípode de madera apoyado sobre su espalda.

Así salía a las calles para descubrir nuevos temas. Le llamaban el "caminador de Praga". Debido a su desventaja física, empleaba aprendices, quienes le ayudaban sobre todo cuando salía a sacar fotos de paisajes.

La temática de Sudek es muy amplia. Durante su carrera se dedicó a hacer retratos, fotografías de paisajes y ciudades, publicitarias y de objetos de uso diario.

Según Sudek, los objetos vivían sus propias vidas y con mucho gusto contaba que cuando los niños duermen, los objetos se despiertan para arreglar sus cosas en el hogar.

A través de sus fotografías contaba la historia de estos objetos, lo sucedido a ellos y al mismo tiempo les rendía homenaje. Fotografiando los objetos que pertenecían a sus amigos, se acordaba de las personas queridas y sus costumbres.



"La fotografía es rara, no debe desvelar mucho, tiene que dar pistas. No sé cómo es en otras artes, pero en la fotografía es así, debe aludir y los que la miran deben imaginarse algo detrás de ella."

Sacaba series de fotos de diferentes objetos desde cada ángulo y desde todas las perspectivas. Quería descubrir cada aspecto de estos compañeros de la vida cotidiana.

A partir del inicio de la Segunda Guerra Mundial, se le limitaron las posibilidades a trabajar fuera del estudio. Entonces sacaba series de fotografías a través de una pequeña ventana de su estudio en Ujezd. Las llamaba la serie del jardín mágico.

A lo largo de decenas de años se fijaba en los más diminutos detalles de las diferentes estaciones del año y de las diferentes horas del día. Las fotografías de la ventana escondida con el velo de escarcha están llenas de poesía y ternura.








"El jardín mágico, ah ésta es la del encaje. Espero que me haya salido bien el encaje. No lo sé." Así Josef Sudek describió una de sus fotografías.


Sudek era un fotógrafo muy paciente, capaz de esperar hasta 15 minutos para realizar una toma. Usaba este método de exposición larga sobre todo en la naturaleza, amaba los árboles viejos. Los llamaba los gigantes durmientes e intentaba humanizar su aspecto.

 "La música siempre me da inspiración. No sé cómo funciona, pero es así. Escucho música y después veo una cosa y de repente me doy cuenta, que la estoy viendo hace dos años, pero sólo en ese momento, sé que si hago una foto, tendrá algo que decir."

Era un personaje profundo en todo lo que hacía. Quería conocer el último detalle de las circunstancias de la creación de la música de Leos Janácek, uno de sus compositores favoritos. Realizó un documental con fotografías sobre Hukvaldy, la ciudad natal del músico.

"Él se dedicaba a la música sinceramente. No le importaba lo que decía la gente. Si hubiera pretendido algo, se le habría reconocido. Si uno no hace algo con sinceridad, se le nota. Esto vale también para otras artes, para la escultura, la pintura, y también la fotografía, claro."

Josef Sudek murió en 1976, a los 80 años, y dejó un vasto archivo de negativos y fotografías reveladas. En su estudio se quedó a vivir su hermana, quien a raíz de su edad no consiguió mantener bien la casa y el jardín, y se deterioraron rápidamente. Después, la construcción de madera se incendió y fueron destruidos numerosos documentos irrecuperables.


Gracias a Anna Fárová, fotógrafa e historiadora de arte, quien es experta en la obra de Sudek, se consiguieron salvar muchos negativos. Fue ella quien inició la reconstrucción del estudio y la conservación del jardín en el año 2000. Hoy en día este edificio alberga el museo de Josef Sudek y una pequeña sala de exposiciones de arte fotográfico contemporáneo.


domingo, 2 de marzo de 2014

serpiente de la medianoche


ayer estuve callejeando por mi barrio, a la puesta del sol el cielo parecía una flor carnívora.

me encanta cuando el cielo se ve como que el mundo se va a acabar,

caminaba por las calles escuchando el órgano de una catedral. al principio era muy tranquilo y un fondo agradable de música y, a continuación, se hizo más fuerte y más fuerte, y las mismas paredes de los edificios comenzaron a estirarse y flotaban con la enormidad de la música alto alto expandiéndose hacia el cielo, 

no sé si estás ahí,
siempre pongo la atención y la poesía cuando pienso en ti,

te amo.  eso sí lo sé. mi alma tembló el día cuando supe que todo se iba. no hay manera de negar la necesidad, pero todo huye como huye una mariposa del sombrío enigma del miedo. 

¿me amas? eso no lo sé...



el pájaro regresó a mí, el pájaro del deseo, el pájaro es la serpiente de la medianoche,

Hambre, sed, gritos, danza, danza, danza, danza! 
                                                    A.Rimbaud, Une Saison en Enfer, Mauvais Sang