domingo, 28 de agosto de 2011

Ir en dirección desconocida

Ir en dirección desconocida. No soy buena cumpliendo rutas. Siempre me desvío. Me pierdo. La lluvia ha disminuido, en los charcos de la terraza se refleja el brillo de las sillas, en el techo dibujos de embarcaciones, y un timón de madera reluciente en la pared. Hemos llegado a este bar, un barco varado en mitad de los Pirineos para dejar pasar la tormenta. Un Melville barbudo, nos recibe. Lo imagino escribiendo en las madrugadas, lanzándose a surcar los mares de la imaginación para echar fuera la melancolía. Pedimos cerveza, nos ofrece un Jurançon, très bon, très bon, est le premier pressurage des raisins, vous verrez!, pour les doux moments de la vie. Sobre la mesa berenjenas asadas y queso. M. devora mi plato…y mi corazón cuando me ofrece la piedra de cristal verde que guardó...Hablamos de las cosas hermosísimas que hemos visto durante el viaje. La desesperanza se mantiene en la sombra. Hoy no se hace oscuro. Una luz en mi cara. Éstas, mis manos. La actitud estética es reemplazada por gestos, silencios y palabras, por la música que escuchamos en el pequeño coche. Por la visión del mar, allá abajo, entre las nubes, desde el filo de las rocas con las que termina el bosque y comienza el aire. Ayer el viento salado me hizo un peinado rasta. M. me ayudó a desenredarlo. Somos como los pescadores tratando de acercar sus barcas a tierra a través de las olas, de las tormentas, traemos las redes llenas de alimento. Libres y solitarias. Rendidas. Es la sensación de los viajes a través de la naturaleza, por los bosques. Se puede hablar de una dimensión de tiempo que es diferente de una misma... me adentro en senderos fuera del camino trazado, sin miedo...demasiados carteles de peligro, no pasar...anudo en tu muñeca mi pañuelo malva de flores rojas y azules, me transformo en una bestia embriagada, baudelariana que jamás se aparta de la fatalidad, de lo que el azar entre las nubes teje...


Las viajeras van



Las viajeras van, nada se extingue, ni el deseo, ni las búsquedas que quedan soñándose al borde de las carreteras como incendios de intentos. Y los presentimientos pierden su camino. Porque la vida pasada y la actual colisiona para construir nuevas partículas con los sonidos y la mirada de ahora. El contenido de un recuerdo es el secreto que nos guardamos a nosotras mismas para que no llegue como un flagelo. Insuperablemente siempre está el latir de la conciencia de los sentidos, de los enamoramientos y de la ausencia. Lo percibido gira dentro. Añade intensidad al deseo. Nunca estamos en el pasado para que las cosas se repitan. Somos una compulsión. En un camino del bosque, y luego entre los árboles todo se extiende fuera de mi vida, como si entrara en una selva de transformación, como si lejos de allí todo lo que existe fuese un teatro desaparecido. Mi contexto existencial dando un vuelco. ¿y si es de no retorno?


Imagen, Brooke Shaden

Capricho del viento


“Carbón de amor dentro de los ojos
y los ojos dentro de la tristeza.
La tristeza dentro de la mar,
la mar dentro de la luna ciega.
Y la luna al capricho del viento
como una trenza negra.”

Maria-Mercè Marçal

Imagen, Lyle Motley

jueves, 11 de agosto de 2011

Una canción más...



“porque el alma no puede soportar

el dolor del amor que calla”


Anna Ajmátova

Frente al Museo de Historia Natural...



Lo harás, por favor?, me dijiste... soy los restos de una criatura, flores, insectos, reliquias de fuego, y dije sí. y me dejé engañar otra vez con un poco de frío. comencé a hacer asociaciones de pequeñas casualidades, como un juego en que se entrelazan fichas de todos los sueños que se han cumplido con los sueños que parecen imposibles de cumplir. las fantasías son inofensivas. soñamos y recordamos. el hayedo rojo, una playa, unos brazos suaves que nos abrazan, las heridas en nuestros labios, y bailar cuerpo a cuerpo mirándonos, y en la cama aún...todo mi cuerpo duele. nunca contamos con la vida convirtiéndose en lo que tenemos. desde los bosques salimos a experimentar, a encontrar. cuando la crecida del río se llevaba los brezos blancos que sobresalían de su orilla. ¿cómo detener el desmoronamiento? ¿empezar de nuevo?, el sonido del follaje en el bosque del norte y las miradas hambrientas…tu cuaderno me encanta…pon tus manos en torno a mi cabeza y bésame…


Imagen, Daniel Southard

La niña del faro



Cuéntame un cuento, Pew.

¿Qué clase de cuento, pequeña?

Uno con final feliz.

En el mundo eso no existe.

¿Un final feliz?

No, un final.


La niña del faro, Jeanette Winterson


Imagen, Daniel Southard

Oración de abril



Hermano aullido

Hermano feto

Hermana sangre

Bisnieta enfermedad

Desgracia enteca

Aguarrás secreto que bañas mi alma

Cuando sudas frío & ves

Hasta las huellas de dios

Rompiendo en dos la línea Maginot de la pared.

A ustedes que son mis perros guardianes

Los dientes floridos que me salvan del furor del rayo

Encomiendo este Librito de oro

Estas canicas de barro

Estos clavos que acompañan

El oleaje aprisionado de mis ojos.


Mario Santiago Papasquiaro


Imagen, Noah Kalina