viernes, 3 de febrero de 2012

Mi corazón sismógrafo

Me gustaba ir al parque que hay frente al instituto y escarbar en la tierra para hacerle dibujos de corazones y de palabras, llegaba a clase con las uñas llenas de barro. Sentada junto a ella escribía poemas. (Así, con esas manos de entonces, escribo esto para ti). Al acabar la clase, la llevaba hasta allí. Cierra los ojos, le decía excitada, ella los cerraba. ¡Ábrelos!, reía, mirándome con sus ojos graves, besaba mis manos cuando las llevaba aún llenas de mugre, y yo abrazaba su cabeza loca de alegría, me gustaba oler su pelo, tenía el olor de las naranjas. Sé que me quiere, lanzaba al cielo. Caminábamos en un círculo alrededor del dibujo y después, en la habitación, desnuda me daba las gracias. Nos gustaba tocar la tierra, pasar una y otra vez los dedos por el oloroso brezo, notar la hermosa floración de la hierba, hundirnos en suaves torrentes de almizcle, entrar en grutas resplandecientes, y en las dulces cuevas húmedas llenarnos los dedos de agua salada… Nos encantaba el olor de nuestros dedos...

Imagen, Paul Paper

Criaturas celestiales

Vamos a bañarnos a la balsa del campo de los báculos, de los chacales. El agua tiene hojas flotando y se ven reflejos verdes de los árboles. Nos detenemos en el borde. Y nos quedamos allí de pie silenciosas. Mirando fijamente la superficie. Ella toca el agua con la punta de su sandalia. Y suavemente las hojas comienzan a moverse. ¿Nos bañamos?. Me da cosa, le digo muy bajito. No está sucia, sólo está oscura, dice mientras vuelve a quedarse mirando fijamente hacia el centro de la balsa. Siento tanto deseo de complacerla... La miro y ella me mira al mismo tiempo. Me ofrece su mano y la enlazo con la mía, muy fuerte. Caminamos por el borde que tiene manchas de hollín. Llevo uno de los dobladillos del pantalón azul descosido, y arrastro broza y briznas. Voy detrás junto a ella, esperando qué, con el corazón doliéndome. De un salto baja del pilar de cemento que rodea la balsa, al suelo de tierra, para alivio mío…y nos adentramos entre los árboles…

Tus manos

en tus manos, el giro del reloj del mundo y los calendarios que marcan el paso del tiempo. hemos estado tan cerca. en mi paraíso polar el suelo se hiela alrededor de las esquinas. eres mi sueño y trato de hilvanar mi desastrosa lógica con lo que significa vivir. hay algo en todas estas noches que se ha desarrollado. cuando en nuestro corazón el amor se pone en movimiento ¿cómo se puede parar?. misiles pequeños con sus quemaduras. un caballo entrando por el puente. me encuentro con la gente más hermosa ¿los has visto hoy? en el tren una chica sentada a mi lado, me saluda, bonjour, y comenta sobre cuál será el motivo del retraso, me gustaría decirle que me parece muy hermosa y que sí, que ya llegamos tarde a donde nos digieren vivos, pero que ahora lo que necesito es, quizás ella lo sepa, si existe algún antídoto para el desequilibrio en estos -2 grados de frío. al regreso, antes de entrar en el apartamento, me he detenido en una panadería para comprar pan caliente. pienso en ti. a mí también me aterra, pero algunos corazones están llenos de pasión sin que sepan poner remedio. en tus manos, Gigantes bebiendo flores heladas y helechos. dentro de mí el bosque ruge, está tan agitado, las ramas de los árboles chocan entre sí en un viento de tormenta…pero en el cielo aparece el color de la hora mágica y todas las moléculas del mundo unidas en una constelación y veo cuerpos celestes con hélices de tres alas.