Jean Luc Godard, Le Petit Soldat
jueves, 26 de julio de 2012
Alone
Desde la infancia no
he sido
Como otros eran- no he visto
como otros veían- no pude traer
Mis pasiones de una fuente común-
De la misma fuente no he tomado
mi dolor- no pude despertar
mi corazón a la alegría en el mismo tono,
y todo lo que amé- lo amé solo-
A continuación- en mi niñez- en el amanecer
de una vida más tempestuosa- se elaboró
desde todas las profundidades del bien y del mal
el misterio que todavía me ata-
Del torrente, o la fuente-
Desde el acantilado rojo de la montaña-
Desde el sol que me envolvía
en su otoño teñido de oro-
Desde el rayo en el cielo,
cuando pasaba junto a mí volando-
Desde el trueno y la tormenta-
y la nube que tomó la forma
(cuando el resto del cielo era azul)
De un demonio ante mi vista-
Edgar Allan Poe, “Alone”Como otros eran- no he visto
como otros veían- no pude traer
Mis pasiones de una fuente común-
De la misma fuente no he tomado
mi dolor- no pude despertar
mi corazón a la alegría en el mismo tono,
y todo lo que amé- lo amé solo-
A continuación- en mi niñez- en el amanecer
de una vida más tempestuosa- se elaboró
desde todas las profundidades del bien y del mal
el misterio que todavía me ata-
Del torrente, o la fuente-
Desde el acantilado rojo de la montaña-
Desde el sol que me envolvía
en su otoño teñido de oro-
Desde el rayo en el cielo,
cuando pasaba junto a mí volando-
Desde el trueno y la tormenta-
y la nube que tomó la forma
(cuando el resto del cielo era azul)
De un demonio ante mi vista-
Imagen, Carey Mulligan
viernes, 20 de julio de 2012
Un solo pensamiento
11 Junio, 1852
Tengo un solo pensamiento, esta tarde de junio, y es acerca de ti, y tengo un solo ruego; querida Susie, que es para ti. Porque tú y yo tomadas de la mano como están tomados entre sí nuestros corazones podrían quizá correr como los niños en medio de bosques, para olvidar muchos años y sus tristes consecuencias, y sería como volvernos niñas nuevamente... Ojalá así fuera, Susie, pero cuando miro alrededor me encuentro sola, y suspiro por ti otra vez y otra más, leve suspiro, vano suspiro que no te traerá de vuelta a casa. (...)
Tres semanas faltan quizá para que vuelvas y me pongo cada vez más y más impaciente hasta que llegue el día deseado...
Tengo un solo pensamiento, esta tarde de junio, y es acerca de ti, y tengo un solo ruego; querida Susie, que es para ti. Porque tú y yo tomadas de la mano como están tomados entre sí nuestros corazones podrían quizá correr como los niños en medio de bosques, para olvidar muchos años y sus tristes consecuencias, y sería como volvernos niñas nuevamente... Ojalá así fuera, Susie, pero cuando miro alrededor me encuentro sola, y suspiro por ti otra vez y otra más, leve suspiro, vano suspiro que no te traerá de vuelta a casa. (...)
Tres semanas faltan quizá para que vuelvas y me pongo cada vez más y más impaciente hasta que llegue el día deseado...
Querida Susie, pensé furiosamente en todo lo que amas para
mandarte algo y elegí finalmente las pequeñas violetas: son demasiado pequeñas, me suplicaron que las permitiera
ir, así que aquí están- ya no temo su perfume, porque ellas habrán de
endulzar tu corazón. Mantenlas bajo
tu almohada, te harán soñar con el cielo azul, y el hogar, y los "bienaventurados países”! Tú y yo tendremos una hora con “Edward” and “Ellen
Middleton” y en algún momento cuando llegues a casa-tenemos que averiguar si
algunas de las cosas contenidas en él son ciertas, y si lo son, tú y yo estamos llegando!
Ahora, adiós, Susie, Vinnie te envía su amor, la madre es ella, y yo agrego un beso, con timidez, no sea que haya alguien allí! No
permitas que nadie vea esta carta. ¿Lo harás?
Emily
Carta de Emily Dickinson a Susan Gilbert
Emily Dickinson, Salí temprano- Con mi Perro-
Salí temprano -Con mi Perro-
Y fui a visitar el Mar-
Las Sirenas del Fondo
Subieron para verme-
Y las Fragatas -en el piso de Arriba
Extendieron sus Manos de Cáñamo-
Suponiendo que yo era un ratón-
Varado -en la Arena-
Pero nadie pudo moverme de allí -hasta que la Marea
Cubrió mi sencillo Zapato-
Y llegó hasta mi Delantal -y hasta mi Cinturón-
Y hasta mi Corpiño -también-
Hizo como si fuese a devorarme-
Enteramente como el Rocío
Sobre una Mata de Dientes de León-
Y entonces –yo también-eché a andar-
Y Él -Él me siguió -de cerca-
Sentí Su Talón de Plata
Rozándome el Tobillo -y entonces mis Zapatos-
Rebosaron de Perlas-
Hasta que así nos encontramos en tierra firme con la Ciudad-
A Nadie Él parecía conocer-
Y con una reverencia –y una mirada intensa-
Que me dirigió -El Mar se retiró.jueves, 19 de julio de 2012
domingo, 15 de julio de 2012
Nina Simone - Ain't Got No...I've Got Life
"tengo una vida, tengo mi libertad
tengo una vida
y me la voy a quedar
tengo una vida
nadie puede quitármela
tengo una vida"
viernes, 13 de julio de 2012
el rugido de las hortensias azules
a
veces, en este hechizo de oscuridad y de lluvia, hay la espiga que ondea en la humedad
de musgo y moho, eje de los escondites habituales. verano, al parecer, está
aquí por fin, extranjera viviendo en la ciudad de la luz. el otro día vi
hortensias azules y el rugido de una cascada apacible en un río en el medi
pirineés. sentía el alma apacible, y la sensación ¿el arte de luchar sin luchar? después
al volver al edificio de trabajo, parecía encajar en alguna otra dimensión,
pensaba en ti, y es algo indecible , todas tus huellas están ahora en todo lo
que contemplo. escribo furiosamente en mis cuadernos secretos, mientras la multitud virtuosa está
pegada a las pantallas diminutas de sus teléfonos.
nunca me pierdo en el bosque. sé volar. a menudo me
encuentro árboles de cuatro brazos, si quieres duerme aquí, descansa, te
abrazaremos. Uhmmm, huelen bien. ah, recuerdo que junto a la ventana del cuarto de Emily en Amherst, se levantaba un alto pino que susurraba
como el océano, luego están mis
animales conmigo. supongo que cada cual tuvo su verano invencible dentro de él,
yo no lo haría invencible, dentro de mí, tengo calma para los largos días por
delante. mi gato me dice con sus venidas sobre mi cuerpo, que estoy viva. el
otro día hubo una tormenta, es tan fascinante, primero observaba por el balcón,
después en medio de la tormenta, nos acurrucamos junto a la ventana, después mi
gato sobre mí, se quedó profundamente dormido. dulzura, misticismo, cuerpo y
fuerza carnal, erótica, (el otro día leí que alguien habia vivido con varios maestros zen-y decía, todos
ellos eran sus gatos). hoy, después de trabajar, cuando vine a casa, en la
portería no había nadie, sólo una música sonando, era para mí como campanas en
un templo, no había nadie allí para escuchar. esta mañana ha llegado mi jefe,
dice que viene de practicar tir
au pigeon d'argile . trato de
imaginarlo en su interior pero no puedo. yo venía de nadar. hoy he visto, al despertar, un
amanecer brillante, después mi sombra regateó lánguidamente por las escaleras
del metro, y a continuación, silenciosamente, en el tren que esperaba. siempre pienso en ti. me gusta tocar
un colgante que llevo, me recuerda la colina de las amatistas. ahora, en
verano, los mediodías, en el parque, con los otros que formamos el club de
fichas intercambiables de las multinacionales, caigo hacia dentro y te beso
inundándome con este amor que crece, miro a unos y a otros, y en voz baja todo
lo nombro, ardientemente, ardientemente, para ti. dejo mi mano escribir, el
corazón habita en estos propios espacios en la hierba, en estos signos. me
pregunto acerca de los demás y su historia y lo que los lleva a la siesta al
sol en el día de hoy. ah, ¿sabes? al llegar a casa, yo quería un granizado de
limón, pero hoy no pude comprar limones en la tienda. las ciruelas y el olor de
los limones me recuerdan a mi madre y los veranos en el sur, las barandas de todos los balcones del
mundo, que me mantienen unida al universo, a ti.
The Evening Light
Amplia y de color amarillo es la luz del atardecer
Tierna la frescura de abril
has tardado tanto,
Sin embargo, me alegro de que hayas venido.
Siéntate aquí cerca de mí
Y mira con alegría:
Aquí está el cuaderno azul
Con los poemas de mi infancia.
Perdóname que no hice caso al sol
Y que viviera en el dolor
Perdona, perdona que yo
Confundiera a muchos otros contigo
Tierna la frescura de abril
has tardado tanto,
Sin embargo, me alegro de que hayas venido.
Siéntate aquí cerca de mí
Y mira con alegría:
Aquí está el cuaderno azul
Con los poemas de mi infancia.
Perdóname que no hice caso al sol
Y que viviera en el dolor
Perdona, perdona que yo
Confundiera a muchos otros contigo
Anna
Ajmátova, " The Evening Light"
Imagen, Ally Francesca
jueves, 5 de julio de 2012
espejo del cuerpo
“Mis
poemas florecen
desnudos
como
las rosas "
Adonis, Elegy for the Time at Hand
Imagen, Tamar Burduli
Love Song
Yo era
la chica de la
carta en cadena,
la chica que no
paraba de hablar de ataudes y ojos de cerradura,
la de las facturas
de teléfono,
la foto arrugada y
las conexiones perdidas,
la que seguía
diciendo-
¡Escuchad! ¡Escuchad!
¡Nunca debemos! ¡ Nunca debemos!
y todas esas
cosas…
esa
con los ojos medio
metidos bajo su abrigo,
con sus enormes
ojos de azul metálico de arma,
con la vena
delgada en la curva de su cuello
que zumbaba como
un diapasón,
con sus hombros
tan delgados como un edificio,
con su pie delgado
y sus delgados dedos,
con un viejo
anzuelo rojo en su boca,
la boca que seguía
sangrando
en los terribles
campos de su alma…
esa
que seguía
cayéndose dormida,
tan vieja como una
piedra era,
cada mano como un
trozo de cemento,
durante horas y
horas
y luego se
despertaba,
después de la
pequeña muerte,
y luego era tan
suave como,
tan delicada como…
tan suave y
delicada como
un exceso de luz,
con nada peligroso
en absoluto,
como un mendigo
que come
o un ratón sobre
una azotea
sin trampilla,
con nada más
honesto
que tu mano en su
mano-
¡con nadie, nadie sino tú!
y todas esas
cosas.
¡nadie, nadie sino tú!
¡Oh! No hay forma
de traducir
aquel océano
aquella música,
aquel teatro,
aquel campo de
ponis.
Anne Sexton, Love Song
domingo, 1 de julio de 2012
Réquiem y otros escritos, Anna Ajmátova
-Pro domo mea diré que jamás he abandonado la
poesía, ni volando ni reptando, aunque mis rígidas manos, con las que me
aferraba a la borda del bote, muchas veces recibieron golpes de remos capaces
de enviarme al fondo. Debo confesar que de cuando en cuando el aire a mi
alrededor perdía humedad y permeabilidad al sonido; que al bajar el cubo al
pozo oía en vez del grato chapoteo del
agua un golpe seco contra la piedra, y en general sobrevenía una asfixia que
duraba años.
-Los últimos días, además, siento sin cesar que
donde quiera que esté, algo me está pasando. Todavía no está claro en qué
sentido. Sea en Moscú o en algún otro lugar algo me está arrastrando, como si
fuera el aire caliente de un horno inmenso o la hélice de un barco de vapor.
-(...) Todos saben que hay gente que intuye la
primavera desde la Navidad. Hoy me parece haberla intuido, aunque todavía no
hemos tenido invierno. Guardan relación con ella tantas cosas milagrosas y
alegres que temo echarlo todo a perder diciéndoselo a alguien. También me
parece que estoy de alguna manera ligada a mi rosa coreana, a mi demoníaca
hortensia y a toda la silenciosa vida negra de las raíces. ¿Tendrán frío ahora?
¿Hay bastante nieve para protegerlas? ¿Las mira la luna? Todo me concierne de
un modo vital, y yo no las olvido ni siquiera cuando duermo.
-Abedules
En primer lugar, nadie ha
visto jamás tales abedules. Me da miedo recordarlos. Es como una alucinación.
Algo temible, trágico, como el altar de Pérgamo, maravilloso y peregrino.
Además, me parece que allí debía haber cuervos. No hay nada mejor en el mundo que
esos abedules, inmensos, vigorosos, antiguos como los druidas o más aún. Han
pasado tres meses, pero yo no puedo volver en mí, lo mismo que ayer; sin
embargo, no quisiera que fuese un sueño. Me hace falta que esos abedules sean
de verdad.
Anna Ajmátova
criaturas de las profundidades I
Leonor Fini, Le grand Bateliere
Eduard Friedrich Mörike, La historia de Lau, la bella ninfa de agua
Roberto Calbucci
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