viernes, 23 de diciembre de 2011
Granite & Rainbow
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Nubes por las habitaciones
“Aquella muchacha escribía poemas; los colocaba cerca de las hornacinas, de las tazas. Era cuando iban las nubes por las habitaciones, y siempre venía una grulla o un águila a tomar el té con mi madre.
Aquella muchacha escribía poemas enervantes y dulces, con gusto a durazno y a hueso y sangre de ave. Era en los viejos veranos de la casa, o en el otoño con las neblinas y los reyes. A veces, llegaba un druida, un monje de la mitad del bosque y tendía la mano esquelética, y mi madre le daba té y fingía rezar. Aquella muchacha escribía poemas; los colocaba cerca de las hornacinas, de las lámparas. A veces, entraban las nubes, el viento de abril, y se los llevaban; y allá en el aire ellos resplandecían; entonces, se amontonaban gozosos a leerlos, las mariposas y los santos.”
Marosa di Giorgio, Magnolia
Imagen, Adelaide Hanscom
Una galaxia
sábado, 17 de diciembre de 2011
Gris plateado
Imagen, Ellen Kooi
Besando espejos
no tengo calefacción y por la noche paso mucho frío. aquí las nubes siempre son grises, llevo tres capas de ropa, y la manta es como un lápiz labial contra la oscuridad del invierno, aquí, aquí dentro, hiela más que en ningún lugar, pero hoy me he despertado en sábanas de franela suave, mi madre las compró para mí, algo debía intuir, cuando le dije que no, que no, que no paso frío, que todo lo puedo soportar, la más hermosa, la mujer más anómala, la más estrafalaria del mundo, besando espejos, cristales, saliendo del baño con sal en los labios, la sangre punzante en mi sexo, es el lenguaje de la mandíbula, de la garganta, la zona binaria de mi cuerpo, ansío-no ansío, amo-no amo, sangro-no sangro, soy-no soy. voy a escribir con horror lo que quiero decir, pero es sólo una costura en la herida, entonces podría escribir acerca de la gran soledad, acerca del rosal que me crucé el otro día y entró dentro de mi mirada, y después la tercera ola, mi balanceo, tras la convulsión, escribir sobre los arriesgados sitios por donde es capaz de cruzar el corazón, o del sueño de la niña que se desliza de su silla, mientras sus padres no la miran, y sale corriendo con miedo y furia a las calles, con ella de la mano, los cascos haciendo huidas...
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miércoles, 30 de noviembre de 2011
Me cruzan hormigas
“Se deslizaron rápidamente en una intimidad de la que nunca se recuperaron”. F. Scott Fitzgerald, A este lado del paríso
Todas las cosas sin cautela, me he puesto mi mejor vestido, quito la cinta de la caja, y tengo la misma sensación de aquel día, cuando dejamos el libro entre la hojarasca del bosque y luego en casa sobre la mesa comenzaron a salir hormigas, nos dieron felicidad, queríamos que pasearan por todas las habitaciones, he tenido un sueño contigo, he salido de él con los labios llenos de mordeduras y las comisuras manchadas de jugo de moras silvestres, mi corazón una clínica y mi pelo de loquilla, que brilla con esta luz roja del anochecer, el salto a mi desaparición, la noche entre tú y yo, sí, la vida cae, la trituración, es como cuando aprobé la asignatura de química en el instituto de forma mágica, comenzaba a perderme, aplicaba las fórmulas desde mi caótica teoría, la intuitiva alquimia, imaginaba espirales de fuego y líquidos plateados, el veneno en la mezcla, toda la incandescencia en los exámenes, ella estaba a mi lado en el pupitre, le dejaba las respuestas debajo de su folio, en la habitación al amarnos, sentía como si alguien me cortara con un trozo irregular de vidrio, ahí comenzó mi apoteosis del desastre, la biología del corazón, su atrofia desmedida, la sangrante necesidad, las ramas rotas para la hoguera, los demonios ingenuos mis ángeles, la orfandad de mi mundo, me recuerda todo, cuando mirabas el libro antiguo de griego, las calles de Granada son como las de Grecia, tu calle Skiathos, iremos juntas algún día, ahora no hay alquimia, mis labios te esperan, he almacenado tu calor, pero este frío me está venciendo, se pegará encima de mi lecho, mi corazón animal, con las patas golpeando sobre la puerta, tu pelo sobre mis muslos, el botón roto de mi camisa cuando lo arrancó tu impaciencia, ah la perra flaca y pulgosa, la que deja la ropa mojada en las cuerdas del estudio…en los asfixiantes círculos sociales nuestros partos son nuestros orgasmos, vertiginosas como borrachas, yo sé que existe el recrudecimiento emocional, el interés en este mundo despoblado ya, los desposeídos olvidados, donde parece que no queda nada más que vanidad, crueldad, invulnerabilidad, cuánto se equivocó Platón, los poetas no son los llevados a un mundo superior para la creación, poeta es el que desciende, el labrador que libera los gusanos y los crepúsculos , caer, caer, caer,… Kleist tiró los dados, todo o nada, y perdió…Rimbaud huyó a Abisinia, Dickinson ardió en su blanca elección…el jersey en el que se enrosca mi gata con su suave pelo, una niña llega tarde, su padre la zarandea tirando de su camiseta, le da una bofetada, nosotras abrazadas mirábamos por la ventana la nieve, correr, caer, el paisaje bajo el agua, cierro los ojos, siento tu respiración…
Imagen, Drew Woods
Silencio
"Era de noche, y cayó la lluvia, y, cayendo, era la lluvia, pero, después, de haber caído, era sangre. Y yo me paré en la laguna entre los extensos nenúfares, y la lluvia caía sobre mi cabeza y los nenúfares suspiraban uno al otro en la solemnidad de su desolación".
Edgar Allan Poe, "Silencio-Una fábula"
Imagen, Aron Wisenfeld
jueves, 17 de noviembre de 2011
Mi Lenguaje
Una percepción...
¿Sabes a qué me refiero?
Michael Cunningham, Las horas
Imagen, Britany Market
sábado, 12 de noviembre de 2011
Las cuerdas defraudadas
Imagen, Deborah Parkin
Escrito en el cuerpo
Jeanette Winterson, Escrito en el cuerpo
Imagen, Cristina Altieri
Cuando Lucifer quiere
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Tren de cercanías
Resumo un viaje en el tren de cercanías, podría ser como cualquier día, pero hoy ha sido mi salvación en una poética de la vida. En el vagón con todos nosotros iba una mujer, a veces entre tanta marea humana, invisible. Una mujer que hace cosas, que no reflexiona, que actúa, ofrece, regala. Voy metida en mis pensamientos, entran en escena dos revisores y busco en mi bolso el billete para tenerlo preparado, lo busco y lo busco y no sé qué ha pasado con él, debería estar ahí...,qué hago! como podría librarme de ellos!, me levanto para irme al final, están cada vez más cerca...toca una parada, el tren aminora la marcha...de pronto una chica me dice...yo bajo aquí, hasta Orly éste te servirá, tómalo, y sin darme tiempo a saber nada más, ni casi ver su rostro, me deja el billete en la mano y baja al andén, au revoir me dice...
Merci, au revoir femme inconnue...Je vais garder ce ticket avec affecction, comme moi j`ai gardé les pierres, des coquillages, des livres. Merci pour votre acte de sympathie et de solidarité.
lunes, 7 de noviembre de 2011
Volar sobre la nieve
Un día voy a cansarme de decirte que estoy bien y voy a decirte, al oído, que estaría mejor contigo. puedo ver mi casa desde aquí, quién va a pensar que Pushkin es menos comprensible que un jeroglífico. Lanzo Pushkin, Dostoievski… y ellas, las mujeres escritoras que tanto amo, mi destino libre...desde esta habitación miro el barro sucio que he traído en mis zapatos, ¡dime un sinónimo de oscuridad!, ¿la escarcha en ese campo prusiano?... ¿los alrededores del puerto nevado donde quebró el amor?. pusiste tu cabeza sobre mi pecho, tu mano en mi frente cuando padecí la fiebre, mi día es largo. volar, volar sobre las heladas estepas. perpetuamente es vivir, donde todo parece extinguirse, atreverse, tan loca…
Imagen, Amundsen
Para siempre
los líquidos íntimos, Olga Novo
con mi piel puedes hacer injertos en los manzanos.
algunos conservan estirados los nombres que grabé a navajazos
todas las tardes al volver de la escuela.
acostumbrada a tirar por un poema como por un ternero
cuando se le ven las patas,
cuando ya no se está en edad de crecer
toda maduración requiere un desgarro de tendones
entonces es cuando corren por mi pecho rebaños de cabras
que no se dirigen a ninguna parte,
me suben a las paredes desde las que te veo,
arrancan con la lengua el pasto mientras te vas.
el tacto de tus violines me hace llorar terriblemente.
y casi no puedo soportar que tus manos me acaricien
como la lana de los jerseys que me hacía mi madre cuando era niña.
pero con mi piel
con mi piel puedes hacer injertos en los manzanos.
Olga Novo, Nós nus
Imagen, Myang Ho Lee
martes, 1 de noviembre de 2011
Chambre dans le quartier
Ser sacudida con fuerza, y parte de mí quiere no haber tenido estos sueños de las últimas noches, la lluvia caída, las nubes a la deriva, el beso, la fiebre y todo el corazón. recordando lo que decíamos cuando se movían las copas de los árboles mientras mirábamos el cielo, en la isla de los Cíclopes, después escuchamos el ruido de unas hélices, el agua calmada sobre las piedras, en la memoria las patas de mi perro sobre mi pecho besándome con sus babas, las partículas y el pequeño triángulo de la cicatriz, la forma en que me agarra, la dulce rendición, el aspecto sentimental canino, y la paz de los ronroneos de mis gatas cazando mi pelo, me gustaría estar contigo, en mi estado de emergencia, en el camino secreto de Granada, con el núcleo hincado del amor como un cuchillo, trozos de mí misma en ti, los colores del fuego y de la tierra, esta habitación llena de rugidos, los escritos extraviados, y la fiereza de mi locura, mi corteza de animal. tengo un hechizo entregado a la vida. y me han crecido plumas y piel de perro cobrizo, me acurruco en este nido crepuscular, mi pecho es suave, mi garganta emite sonidos del destino, la sábana se desliza, nuestras manos tocándonos, me acuerdo de tu abrigo desabrochado, de nuestra respiración y después la ternura, salgo llena de algas, los vendajes me aprisionan, me desgarro para salir corriendo, no hay manera de llegar más a ti.
Imagen, Deborah Paawe
Lámparas encendidas hasta el amanecer
"Me arrojaron miles de campanarios
en mi Neva helado,
y desde esa noche me conoce todo el mundo
como la reina del insomnio"
Imagen, Alexander Demianchuk
domingo, 28 de agosto de 2011
Ir en dirección desconocida
Las viajeras van
Capricho del viento
y los ojos dentro de la tristeza.
La tristeza dentro de la mar,
la mar dentro de la luna ciega.
Y la luna al capricho del viento
como una trenza negra.”
Maria-Mercè Marçal