Con balcones de colores brillantes. dejar el trabajo y escaparse. hay cosas comprometidas a la memoria. el viento roza los sueños cuando vuelan. y los desmenuza muy lentamente. la imagen de Spinoza, ser en una multiplicidad de fuerzas luchando por la “unidad”. la vida rota. cuando me envolviste el strudel partido a toda prisa porque llegaba tarde a la estación. tengo ganas de negarme a vivir. salpico de furia mis pasos. dónde voy. dónde voy. dónde voy. me quedaría a vivir con esos gatos. o con los perros que van y vienen. siempre juntos, uno protege al otro. en la sangre me bombean animales. surcos rasgados como uñas clavadas. y esta lluvia torrencial que ahora está cayendo. mi mano escribe. sólo dos palabras y…no puedo seguir… en el trabajo he subido por el montacargas. qué diría a los compañeros si no puedo ni hablar. si fuera un perro subiría a las colinas de Collserola, frente al mar a aullar. echaría a rodar, qué más dá ser fuerte o débil…
Imagen, Gregory Thielker
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10 comentarios:
Me conmueve, no soy una piedra, sino astillas de piedra.
Say, cito de memoria una frase de Spinoza:
"El deseo que surge de la alegría es más fuerte que el deseo que brota de la tristeza".
Vendrá la alegría.
Abrazo de lobo.
Hermoso. En el edificio de al lado de mi ex-trabajo había una familia de gatos que vivían todo el día tirados al sol y acurrucados. Si se dispersaban los pequeños a jugar la madre se mantenía alerta y si alguien se acercaba al padre se le curvaba la espalda en señal de ataque. A veces me daban ganas de ser gata. Siempre me traes imagenes muy tibias, Say, de algún lugar que creí haber olvidado. Y sólo quien es capaz de soportar la debilidad cuando llega se convierte en un ser fuerte, no quien le huye sino quien la acepta como parte de uno mismo.
aullaría...
Curiyú,
astillas de piedra en mi mano...
Tera,
vendrá la alegría!
Con tu abrazo lobuno, mi pelaje animal se vuelve suave y brillante.
Maia,
a esas imágenes que surgen de las vivencias de nuestra vida, volvemos, y ellas vuelven a nosotros, desde la memoria, como bálsamo.
Todo lo que sentimos está ahí, no podemos huir de eso...
camino roque,
tu aullido acompaña al mío...aúuuuu...y me siento mejor.
Si estuviéramos cerca iríamos a envenenarnos a los bares, hasta caernos de culo y lloraríamos abrazadas con los cabellos cubriéndonos la cara. Incluso tendríamos la osadía de reirnos del amor y lo desafiaríamos a un duelo, mañana a las doce en punto delante de las Carmelitas Descalzas. Aunque finalmente le ofreceríamos el pecho, desnudo, para que no errase a la hora de la estocada definitiva. Me seducen los descensos al infierno (algo de lo que me gustaría ser capaz de escribir). Tú tienes la virtud de que suenen bonitos...
Beso
vera,
me encanta ese plan...precioso relato de todo lo que haríamos. Y ocurriría tal como lo has contado.
Iríamos a envenenarnos a los bares...a embriagarnos de amor y pasión...
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