Encogida contra la pared,
un día una anciana indigente
me reveló el misterio de la vida.
¡Si supieras qué pálido es el canto
de los poetas!
Vienen y van confundidos en el todo
y ladran para nada…
Parecen una jauría de perros
en los suburbios de la tierra
donde jeringas y olores
derrotan al mal oscuro
y caen a los pies del mundo
como héroes prisioneros.
un día una anciana indigente
me reveló el misterio de la vida.
¡Si supieras qué pálido es el canto
de los poetas!
Vienen y van confundidos en el todo
y ladran para nada…
Parecen una jauría de perros
en los suburbios de la tierra
donde jeringas y olores
derrotan al mal oscuro
y caen a los pies del mundo
como héroes prisioneros.
Alda Merini
Imagen, Alberto Roseo, Casa de Alda Merini, Navigli, Milán
2 comentarios:
A veces pienso que ladramos para nada. Pero, que sigas ladrando.
Seguimos ladrando, Curiyú. De goce, de dolor, de éxtasis, de derrumbamiento o de vuelo.
A los pies del mundo, lo único que se escucha son ladridos llenos de furia y vida.
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