lunes, 31 de enero de 2011

A los pies del mundo


Encogida contra la pared,
un día una anciana indigente
me reveló el misterio de la vida.
¡Si supieras qué pálido es el canto
de los poetas!
Vienen y van confundidos en el todo
y ladran para nada…
Parecen una jauría de perros
en los suburbios de la tierra
donde jeringas y olores
derrotan al mal oscuro
y caen a los pies del mundo
como héroes prisioneros.

Alda Merini

Imagen, Alberto Roseo, Casa de Alda Merini, Navigli, Milán

2 comentarios:

Darío dijo...

A veces pienso que ladramos para nada. Pero, que sigas ladrando.

Say dijo...

Seguimos ladrando, Curiyú. De goce, de dolor, de éxtasis, de derrumbamiento o de vuelo.

A los pies del mundo, lo único que se escucha son ladridos llenos de furia y vida.