lunes, 17 de mayo de 2010

Una piedrita diminuta

"Pues nadie que empieza puede saber qué encontrará en sí mismo. ¿Cómo podría presentirlo si, de hecho, aún no existe? Con herramientas prestadas va excavando un terreno también prestado y extraño, es decir, ajeno. Cuando por vez primera, de improviso, se encuentra ante algo que no conoce, que nunca le llegó de ningún lado, se asusta y siente un vértigo: pues aquello es realmente lo propio. Puede ser muy poco: un cacahuete, una raíz, una piedrita diminuta, una mordedura venenosa, un nuevo olor, un sonido inexplicable o incluso un filón oscuro y de largo alcance. Cuando tenga el valor y la presencia de ánimo necesarios para despertarse del primer vértigo temeroso y reconocer y nombrar aquello que ha encontrado, empezará su vida auténtica, la propia."

"La conciencia de las palabras", Elias Canetti
Fotografía de Steendo Essing

8 comentarios:

NSN dijo...

"El cineasta Johan van der Keuken empieza su magnífico documental sobre Kerala, "El ojo sobre el pozo", con un cuento que dice así: Un hombre perseguido por un tigre sube a un árbol./La rama se inclina peligrosamente sobre un pozo seco que hay bajo el árbol./Un par de ratones roen la rama./Abajo, en el fondo del pozo el hombre ve un montón de serpientes enroscándose./En la pared del pozo crece una brizna de hierba./En su extremo hay una gota de miel. Lame la miel./Esto sucede en un mundo soñado que se repite mil veces./Esto sucede en el único mundo que conocemos./Y yo estoy allí y lo veo, como si fuera un sueño.
El cuento trata del deseo y de la conciencia. El deseo que atrae al ser humano, contra toda razón, a pesar del peligro, hacia la gota de miel. Y la conciencia, aquello que es capaz de decir “yo” y verse, desde el fondo del pozo, impulsado y lamiendo la miel".
Chantal Maillard, "Los Pies de Brahma. Reflexiones en torno a La sabiduría del bosque". En prensa.

Stalker dijo...

Bello y certero texto que habla del miedo, del acercamiento. De la salvaguardia
de los cercos a que nos fuerzan las diversas estancias sentimentales que han configurado nuestro "aparato de traducción del mundo". El sistema educativo y la familia (esas dos apisonadoras en gran medida implacables a la hora de inocular los prejuicios de la tribu), y la pericia e infalibilidad de los constructores y gestores del miedo (en gran medida subproductos en perpetuo reciclaje de la "sociedad del conocimiento", que habría que rebautizar, con más precisión, como "sociedad de la elaboración y administración de los miedos consensuados") han fraguado un mundo de precariedad emocional y han cultivado, y vendido a precio de saldo, la falacia de la inefabilidad del otro. La alteridad, el vuelco en el otro, siempre provoca miedo. Toca defenderse de ese vértigo, y para eso se han inventado psico-tecnologías al servicio de esa infame empresa que consiste en cortocircuitar los vínculos.

¿Para qué? Los vínculos no son productivos, no se traducen en rendimiento positivo, cuantificable. Sólo cotizan en valores interiores que conviene extirpar en aras de la racionalización del capital. Es decir, de la serialización, la muerte del "espíritu" (incómoda palabra, por lastrada) y de la banalidad.

Tengo muy claro quiénes son los enemigos y cómo combatirlos (pacíficamente).
Canetti también lo tenía claro.
Él también combatió. Canetti o la fecundidad de la insumisión delicada...

abrazos

Say dijo...

Nieves,
Canetti y Maillard son dos autores que no siguen "consignas" filosóficas, sociales o económicas. Son radicalmente independientes y honestos y por eso nos ayudan a excavar en el terreno de la insumisión y de la rebelión ante los caminos trillados y las "doctrinas" hechas. Nos azuzan la conciencia para que busquemos, para ahondar en nuestra propia visión sobre el mundo y vivir desde otro lado. Nos animan. Quizá sea posible una nueva alternativa de vida. Otra forma de estar en el mundo.

Y nos gusta leerlos porque nos vemos refrendados en nuestros anhelos...

Say dijo...

Stalker,
"El sistema educativo y la familia (esas dos apisonadoras en gran medida implacables a la hora de inocular los prejuicios de la tribu)". Cómo es de cierto esto que dices. Y los gestores del miedo qué bien lo hacen y cómo perpetúan sus poderes "programando" a los vigilantes de la "moral" y la "clase" para que nada se mueva. A los "educadores" los convierten en vasallos, en funcionarios acomodados y regalados de vanidad institucional y económica para sigan la degradación mental y espiritual de la población. Entretienen a los estudiantes con "discursos" inútiles que paralizan cualquier reflexión que pudiera romper eso. Las sagas inamovibles con sus "patrimonios" económicos e ideológicos todavía tienen el mundo agarrado y no lo sueltan.

"Tengo muy claro quiénes son los enemigos y cómo combatirlos (pacíficamente).
Canetti también lo tenía claro.
Él también combatió. Canetti o la fecundidad de la insumisión delicada..."

Si esos modos de vida estáticos se pudieran romper...si la sumisión desapareciera...

Stalker dijo...

Quería puntualizar algo, Say, y es que al volver a leer lo escrito parece que hago una enmienda a la totalidad... y el individuo, en cambio, el individuo tiene muchas cosas preciosas que ofrecer. Todos hemos tenido profesores inolvidables, hay familias y padres y madres maravillosos... Hay gente muy valiosa que trabaja desde dentro para hacer el sistema más habitable y facilitar el tránsito a los niños. Conozco a algunos y aprecio infinitamente esa labor.

Pero al lado de esas personas entregadas hay otras que no lo son tanto, y el propio sistema exige una revisión que lo aligere de su burocratización y subvierta una metodología tendente a la uniformización y la rentabilidad (pienso especialmente en la moderna universidad europea).

Valga la aclaración, pues, y un fuerte abrazo

Say dijo...

Stalker,
sí, yo creo que se entendía que hablabas/hablábamos de la moderna universidad europea. Y ,por supuesto, si no fuese por esa gente maravillosa que uno a uno
trabajan por mejorar el mundo, y por los padres y madres que respetan y educan y dan para que sus hijos sobre sean mejores personas, la vida estaría en el puro horror. Afortunadamente quedan personas así para bien de todos.

Un abrazo

Lectora dijo...

Interesante, es curioso, a veces parece que en la búsqueda de uno mismo se llega a la conciencia común, a ese algo que al mismo tiempo difumina el "yo".

Say dijo...

Sonja,
sí, pero también de la conciencia común, el yo secreto y subterráneo y difuminado, excava con herramientas prestadas, como dice Canetti, y descubre algo nuevo, "propio", muy diminuto quizá pero algo importante porque rompe una especie de "oscuridad servil". De ahí surge la resistencia y la conciencia de el no sometimiento y la desvinculación hacia algunas clases de dominaciones culturales.