viernes, 9 de abril de 2010

Oscuridad voluntaria


"Toda explicación de los orígenes del estado parte de la premisa de que "nosotros" participamos en la creación del estado. Pero lo cierto es que el único "nosotros" que conocemos (nosotros mismos y las personas que nos rodean) nacemos en el estado; y nuestros antepasados, hasta tan lejos en el tiempo como podamos remontarnos, también nacieron en el estado. El estado está siempre ahí, antes que nosotros.
Si, pese a la evidencia de nuestros sentidos, aceptamos la premisa de que nuestros antepasados crearon el estado, entonces debemos aceptar también lo que esto comporta: que, si lo hubiésemos elegido, nosotros o nuestros antepasados podríamos haber creado el estado de alguna otra forma; tal vez, también, que podríamos cambiarlo colectivamente si así lo decidiéramos. Pero lo cierto, es que , incluso colectivamente, a quienes están "bajo" el estado, a quienes "pertenecen" al estado, les resultará difícil de veras cambiar la forma del estado. Desde luego carecerán (careceremos) de poder para abolirlo.
No está en nuestro poder cambiar la forma del estado y es imposible abolirlo porque, frente al estado, somos, precisamente, impotentes.

Étienne de La Boétie, el joven amigo de Michael de Montaigne, en 1549 escribía:

"Es increíble ver cómo la población, una vez que ha sido sometida, cae de repente en un olvido tan profundo de su independencia anterior que le llega a ser imposible despertarse y recuperarla; de hecho, se apresta a servir tanto sin que la inciten, tan libremente, que, al verlo, uno diría que no ha perdido su libertad sino ganado su servidumbre. Quizá sea cierto, de entrada, que uno sirve porque ha de hacerlo, porque le obligan a ello, pero quienes vienen después sirven sin que les pese, y por su propia voluntad hacen lo que sus predecesores hicieron bajo coacción. Resulta así que los hombres, nacidos bajo el yugo, criados en servidumbre, se contentan con vivir como nacieron...adoptando como su estado natural las condiciones bajo las que nacieron."

Bien dicho. Sin embargo, La Boétie se equivoca en un aspecto importante. Las alternativas no son la plácida servidumbre por un lado y la rebelión contra la servidumbre por el otro. Existe una tercera vía, elegida por millares y millones de personas todos los días. Es la vía del quietismo, de la oscuridad voluntaria, de la emigración interior.

Diario de un mal año, J.M. Coetzee

4 comentarios:

Lectora dijo...

Pues esos millones de personas podrían por lo menos votar en blanco, ya sería una forma de hacer algo.

tula dijo...

Que bueno, me recuerda la historia de los monos y los plátanos...
muy acertado.

Say dijo...

Sonja,
pero seguirían ahí los mismos. Sin moverse. Están cómodamente instalados en el sistema. Sistema que, perversamente, ellos han hecho a su medida. La democracia te dice: puedes elegir. Pero claro, sólo entre ellos que ya se han hecho los amos del "cortijo". Y te dicen: puedes votar en blanco si no te gusta ni uno ni otro. Sí, y ¿de qué vale?

Say dijo...

tula,

sí, las cosas son "así" y "así" las hacemos todos. Los que ya están y los que llegan.
Todos aceptamos las reglas y somos oprimidos sin más.

Por otra parte, ya has visto las represiones de estos días en Valencia...después ya nadie intenta nada...renunciamos...a base de palos.

tula, es una buena parábola esta que nombras, con su moraleja.