"La rebeldía de Zambrano con la tradición, con sus maestros y con su condición de mujer se manifestó pronto: «Nací para ser hija, discípula, para obedecer y ya ves», le escribe en una carta a su amiga Rosa Chacel. Se sustrae de los discursos misóginos de sus compañeros de generación (Ortega y Gasset, Marañón), defensores de la inferioridad intelectual de la mujer. La publicación del artículo 'Hacia un saber sobre el alma' en la 'Revista de Occidente' en 1933, tuvo la osadía de cuestionar el discurso masculino y le valió una reprimenda de Ortega que hizo alejarse a discípula y maestro. Según Pedro Cerezo, comisario del centenario de María Zambrano celebrado en 2004, la filósofa forma parte del grupo de mujeres -Simone Weil, Hanna Arendt y Simone de Beauvoir- que contribuyen a transformar el pensamiento europeo."
Artículo de María Bengoa en Sur.es
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