"Yo era la fuente de la discordancia, la dueña de la disonancia, la niña del áspero contrapunto. Yo me abría y me cerraba en un ritmo animal muy puro".
"Expuesta a todas las perdiciones, ella canta junto a una niña extraviada que es ella: su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre la sed y la mano que busca el vaso. Ella canta".
"niña que en vientos grises
vientos verdes aguardó"
Alejandra Pizarnik
Por orden fragmentos de:
"Densidad", Poemas no recogidos en libros
"Extracción de la piedra de locura"
"Los pequeños cantos", XV
Imagen de Mauro Fiorese
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4 comentarios:
Una niña como el Jesús de Passolini, que vino a traer el caos o la disonancia.
Perdón: de quién son esos textos?
Un abrazo.
Gracias por avisarme. Faltaba la autora. A.Pizarnik. Ya lo he corregido. Veía el nombre escrito sin estar escrito.
Y sí, la niña como el Jesús de Passolini que trae la disonancia, la tormenta, que conoce la sed, el hambre, la aridez de las rocas, el desgarro íntimo...
Un abrazo
Esas niñas son como los doce sopladores de viento de la cartografía de Ulm, o como algunas adolescentes alumnas. Soplan en gris y suelen guardar un corazón verde.
Besos.
Ptolomeo con su teoría de las proyecciones y su hermosa representación cartográfica en el mapa de Ulm, con los doce sopladores de viento es muy sugerente.
Sí, es verdad, esas niñas tienen la acumulación ancestral de la delicadeza ardiente de pasados femeninos diluidos en los átomos del cuerpo y del pensamiento.
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