domingo, 20 de junio de 2010

Dados y Dudas


Te escribo

como quien tira los dados de la duda
en una grieta del corazón.
Te envío cartas que saben que no saben
decirse por sí solas.

Te llamo para buscar el tesoro
que escondimos detrás de la maleza.
Te hago señales de luz
desde un faro de cera.

El latido de la pasión suena a timbales.
El aire huele a tu piel,
rincón del paraíso sin cerrojos.
Tu sangre retumba en mí como una caracola.

El tiempo hilvana con levedad de musa
nuestros besos.

Te escribo, te nombro,
entre un rumor de mar y campanarios.
Te entrego mi amor de imán convaleciente.
Y si se rompe el hilo hacia mi orilla
dame a beber la cicuta de Sócrates.

Amalia Iglesias Serna, "Dados y dudas"

5 comentarios:

Darío dijo...

Ya el primer párrafo es tan conmovedor. Me imagino los dados de las dudas en los huecos del corazón, y me invade una sensación de incertidumbre o casi dolor. Precioso

Say dijo...

Lo recóndito del corazón...las preguntas sin respuesta...la ausencia, el latido, el amor, el vértigo, la inocencia, la llama amorosa...la vida que retumba en la sangre...una llamada...la incertidumbre.

NSN dijo...

Patio interior.
Un niño pronuncia notas de saxo,
notas de níquel y nácar
para interiores urbanos.
Desde el sexto se precipitan
sonidos de Pork Pie Hat.
Un niño llora canicas blandas
sobre las horas de hormigón:
aullido en cuatro metros
patio interior
cuadrado.

En el quinto visillos sin persianas,
esquejes de geranios,
ollas express
zumbidos bullir de aspiradores.

En el cuarto las pilas anuncian detergentes.
La mujer del tercero iza las velas
en la tercera ventana.

El gato negro ensaya por séptima vez
el salto al vacío.
Un sol de mayo indescifrable
baja a suicidarse en las antenas.

A treinta metros
otro niño contesta notas de saxo,
enredaderas blancas, interiores urbanos.
Desde el sexto se precipitan
sonidos de Pork Pie Hat.
Un niño llora canicas blandas
cuatro metros
patio interior
cuadrado.

Amalia Iglesias. "Dados y dudas"

tula dijo...

me ha gustado, tiene pasión.
un beso.

Say dijo...

Un beso, tula