Yo era
la chica de la
carta en cadena,
la chica que no
paraba de hablar de ataudes y ojos de cerradura,
la de las facturas
de teléfono,
la foto arrugada y
las conexiones perdidas,
la que seguía
diciendo-
¡Escuchad! ¡Escuchad!
¡Nunca debemos! ¡ Nunca debemos!
y todas esas
cosas…
esa
con los ojos medio
metidos bajo su abrigo,
con sus enormes
ojos de azul metálico de arma,
con la vena
delgada en la curva de su cuello
que zumbaba como
un diapasón,
con sus hombros
tan delgados como un edificio,
con su pie delgado
y sus delgados dedos,
con un viejo
anzuelo rojo en su boca,
la boca que seguía
sangrando
en los terribles
campos de su alma…
esa
que seguía
cayéndose dormida,
tan vieja como una
piedra era,
cada mano como un
trozo de cemento,
durante horas y
horas
y luego se
despertaba,
después de la
pequeña muerte,
y luego era tan
suave como,
tan delicada como…
tan suave y
delicada como
un exceso de luz,
con nada peligroso
en absoluto,
como un mendigo
que come
o un ratón sobre
una azotea
sin trampilla,
con nada más
honesto
que tu mano en su
mano-
¡con nadie, nadie sino tú!
y todas esas
cosas.
¡nadie, nadie sino tú!
¡Oh! No hay forma
de traducir
aquel océano
aquella música,
aquel teatro,
aquel campo de
ponis.
Anne Sexton, Love Song
12 comentarios:
"con sus hombros tan delgados como un edificio,
con su pie delgado y sus delgados dedos,
con un viejo anzuelo rojo en su boca,...
impresionante!!"
rama...
un saludo,
¡Oh! ¡Hay forma de traducir!
Me encanta!!
Un beso, Say!
Anne Sexton, una de mis favoritas, y más aún si llega por la mediación de tus palabras: agua viva volcada en el cuenco, soplo marino, don incesante de manos inocentes, abiertas, con flores de hambre pequeña en las nervaduras de la fragilidad...
el poema dice tanto que se excede a sí mismo, a punto de desbordarse, luchando por sustraer un filón a lo inexpresable... injertas muy bien lo intraducible en la corriente de lo que sí puede expresarse, con manos amigas acercas la joya ardiente arrancada del centro del bosque, la íntima voladura de los puentes entre el presentimiento y el cuerpo en llamas...
es de ternura la raíz que vamos siendo
nos alimentan estas virutas de lenguaje, animales, cálidas, extasiadas, desde el centro mismo de una delicadeza temblorosa...
abrazos!
rama,
un saludo!
Un beso Tera!
“Agua fue mi extraña flor. / Hay que imaginarse a una mujer / sin una toga o una bufanda / en un sofá tan profundo como una tumba. -Anne Sexton
"Una mujer así no se avergüenza de morir. / Yo he sido de ésas. " Anne Sexton
Stalker,
sí, yo he sido de esas...el viejo anzuelo rojo en la boca,... mi cuerpo desnudo despojado hasta los huesos..."tan suave y delicada como
un exceso de luz,
con nada peligroso en absoluto,
como un mendigo que come
o un ratón sobre una azotea
sin trampilla..."
Anne Sexton también es una de mis favoritas, y reconozco cada palabra escrita, escucho el poema...
comprendo todo,
"yo he sido de esas..."
y gracias Stalker, por entrar en esos vuelcos, en las flores de hambre y los cuerpos en llamas, nervaduras de la fragilidad... nombrar algo de lo inexpresable...de lo que está ahí...
Un abrazo raíz
Anne Sexton, que ternura me despierta esta mujer, que estaba poseída por esa gracia que Simone Wei decía solo podía entrar en un vacío dispuesto a recibirla. Solo ella misma podría haberse dado un lugar desde el que contemplar la vejez con mirada serena.
Un beso, Say.
Carmela,
qué maravilla lo que decía Simone Weil,
la gracia que sólo podía entrar en un vacío dispuesto a recibirla...
un beso, Carmela
... con nada más honesto
que tu mano en su mano-
¡con nadie, nadie sino tú!...
Un anhelo, tan simple, tan cálido...una mano en otra mano...
Un beso
" Anhelo, decimos, porque el deseo está lleno de distancias infinitas" Robert Hass
un beso fiorella!
imposible no verme en el poema,vivirme en él,la resonancia es inmediata: con el mismo deseo y el centro ardiente que desborda . Anne Sexton se deja atravesar por esa fiebre..."yo he sido de esas..."
un fuerte abrazo diapasón, querida Say
ana,
imposible no verte en el poema...
imposible no sentirte vivir... atravesada por esa fiebre...
imposible no escuchar ese sonido ardiente del deseo...
“He estado pensando en cómo el cuerpo
es un buitre, todo avaricia y necesidad.
Cómo el deseo se arrastra hacia delante, acechano,
durante días la captura, con tal fuerza,
que te deja sin aliento” Carol V. Davis, “Need”
un abrazo, anamaría, de océano, de música, de cuerdas tocadas, de deseos
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