jueves, 26 de enero de 2012

Girando las nubes

la reina del cielo ocupada girando las nubes

miércoles, 25 de enero de 2012

Un secreto para vivir

La cortadora de alambres. los síndromes de la cultura, las enfermedades fantasma. la fenomenología del cuerpo y la masacre de las impotencias éticas, el ansia de lanzar un estruendoso organigrama de destrucción para aquellos que nos esclavizan, el democrático socialismo donde los pobres han asumido su explotación, no muerdas la mano que te da de comer, no puedo hablarte de la diferencia entre tener y no tener siempre el último modelo de todo, dique roto, de tu mundo civilizado y la multiplicación de las posesiones, y el mundo de los que sólo acumulan amor con sus zapatos de plata entre los heridos ambulantes, lo inductivo de tu cuerpo en el mío, el tequila y la sal en el filo de los labios, las primeras ramas florecientes en los días oscuros, mis calcetines de lana en los países del norte, la habitación del gran terror y del desgarrador placer, una niña hambrienta, y la pregunta resuena, “si pudieras volver atrás en el tiempo, y decirle a tu propia infancia un secreto para vivir ¿cuál sería?”…

Imagen, Emily Schiffer

Outsider

Resuena en la mente, por todo el cuerpo, outsider, transgresiva, vibración, intersecciones suicidas de nombres, en un sufrimiento oculto. en una noche como esta puedo imaginar. no son las sombras de mi propio abismo ahora, la voz que queda en la memoria, haber amado sobre un lecho de hojas. un círculo de nieve, aquel que hicimos a orillas del Spree. amando en el gran descenso, en esta sensación de irreversibilidad. siempre ocurre un día que algo se rompe dentro. y todavía somos niñas, y a partir de ahí un pájaro comienza a picotear el corazón. y cada acto de amor lo envolvemos en la mistificación. somos devoradoras de cielos, pero nuestras alas no nos alcanzan, y sentimos la punta de los dedos de una mujer sobre nuestro coxis, introduciéndose más allá, y a Ezra Pound con los Cantos, su pasión por Mussolini, los misticismos fascistas en su vida, y algunas no aceptamos el maltrato a la compañera, y hay tantos otros poetas que ponen una manzana sobre la cabeza de una mujer jugando a gángsters. ó hijos de las flores. cuánta vertiginosidad en este campo anárquico en que vivo, un destacamento en el alma que lucha por sobrevivir...veo las bayas rojas brillantes entre la hierba, rodábamos llenándonos la camiseta de manchas rosas, sangre saliendo. la chica que sostiene la caja mágica a bordo del empire ship atrae mi nuca para besarme, ¿qué estoy soñando en esta caída?

Cuento de invierno

El cambio de paradigma que ha dado lugar a la revisión de la teoría del caos, otra nueva en mi alma, la enigmática obstinación, como el que dibuja una parábola, la curva envolvente de los cuerpos bajo la influencia de la gravedad ¿cuál es el proceso?, puedo construir una casa por mí misma. mi cuaderno más extravagante no te lo puedo enseñar aún. el camino en el calor oscuro hacia el bosque, la herida del anhelo de Aquisgrán, el ritmo se mantiene. zum, zum, zum. intento contener mi corazón. no vayas tan deprisa, te romperás definitivamente! lunares de dulzura pintados en su pijama celeste, una cúpula de luz violeta, constelaciones de desintegración, nebulosas cayendo sobre mí. dime quién eres para tenerme así. la tirita en mi rodilla y tus labios soñados besándome. mis piernas están apretadas, mis manos empujan contra la colcha intentando retener el deseo, te apoderas de mí. ave que cae en medio del vuelo en archipiélagos de islas atlánticas. el miedo. poemas de tu mano destruyendo la predicción, mi corazón bum, bum, bum…

Imagen, Bruno Dayan

martes, 17 de enero de 2012

Sala de autopsias


En esos tiempos yo era joven y la fuerza
de diez hombres habitaba mi cuerpo,
para lo que mandaran.
Trabajaba en el hospital en el turno noche
y una de mis responsabilidades
cuando el forense terminaba sus tareas
era la de limpiar la sala de autopsias.
Ellos no tenían horario, algunas veces
terminaban temprano, otras demasiado tarde.
Y para que el personal de limpieza no se aburriera
dejaban objetos olvidados en la mesa de trabajo.
Un pequeño bebé quieto como una piedra
y más frío que la nieve. Un negro corpulento de pelo blanco
con el pecho partido al medio y los órganos vitales
flotando en una bandeja a un costado de su cabeza.
Yo siempre estaba solo, ahí. La manguera derramaba agua.
Las luces colgadas del techo encandilaban.
Una vez dejaron sobre la mesa una pierna,
una pierna de mujer de formas perfectas
y excesiva palidez.
Yo sabía para qué era la pierna,
en ocasiones los había observado.
A pesar de eso me quedé sin respiración.
De madrugada en casa mi mujer
me decía “Dulce, todo va a salir bien. Podemos hacer cambios,
vivir de otra manera”. Pero no es tan fácil.
Ella agarraba mi mano entre las suyas, con fuerza,
yo me reclinaba en el sillón y cerraba los ojos.
Yo pensaba en… cualquier cosa. No sabía en qué.
Yo dejaba que ella llevara mi mano a sus tetas.
Yo abría los ojos y miraba el cielorraso o el piso,
qué importa…
Mis dedos se arrastraban hacia su pierna, tibia y bien formada,
que ante la más suave caricia temblaba y se levantaba delicadamente.
Mi mente estaba confundida y cómo decirlo ¿sacudida?
No pasaba nada. Todo estaba pasando.
La vida era una piedra
que lentamente se iba gastando
y afilando.


Raymond Carver, Sala de autopsias

vaso de locura


La nutricionista me dijo que debía comer vegetales de raíz.
Dijo que si pudiera con trece nabos al día
Podría conectar con la tierra, echaría raíces.
Dijo que mi cabeza no seguiría volando
al lugar donde vive la oscuridad.

La vidente me dijo que mi corazón lleva demasiado peso.
Dijo que por veinte dólares ella me diría qué hacer.
Le entregué los veinte. Dijo: "Deja de preocuparte, cariño.
Vas a encontrar un hombre bueno pronto ".

La primera psicoterapeuta me dijo que me pasara
tres horas al día sentada en un armario oscuro
con los ojos cerrados y los oídos tapados.
Lo intenté una vez, pero no podía dejar de pensar
sobre lo gay que era estar encerrada en el armario.

La yogui me dijo que en los estiramientos encontraría la verdad.
Dice que se centra en la exhalación. Dijo que cada uno encuentra la felicidad
cuando se preocupa más por lo que da
que por lo que recibe.

La farmacéutica dijo: "Lexapro, Lamicatl, litio, Xanax".

La doctora dijo que un anti-psicótico podría ayudarme
a olvidar el trauma.

El trauma, dijo, "No escribas estos poemas.
Nadie quiere oír llorar
sobre el dolor dentro de los huesos. "

Pero mis huesos dicen, "Tyler Clementi saltó
desde el puente de George Washington
en el río Hudson convencido que
estaba completamente solo. "

Mis huesos, dicen: "Escribe los poemas".

Andrea Gibson, The Madness Vase

Van Gogh, el suicidado por la sociedad

"Durante mucho tiempo me apasionó la pintura lineal pura hasta que descubrí a Van Gogh, quien pintaba, en lugar de líneas y formas, cosas de la naturaleza inerte como agitadas por convulsiones"

“Porque la pintura de Van Gogh no se opone a cierto conformismo de las costumbres sino al de las mismas instituciones. Y después del paso de Van Gogh por la tierra, ni la naturaleza exterior, con sus mareas, sus climas y tormentas equinocciales puede conservar la misma gravitación”.


“…la sociedad se sirve de los asilos para amordazar a todos aquellos de los que quiere deshacerse o defenderse, por haberse negado a convertirse en cómplices de las más grandes porquerías. Ya que un loco, en realidad, es alguien a quien la sociedad no quiere escuchar, y quiere evitar que manifieste determinadas verdades intolerables”

“…Una vela sobre una silla, un sillón de paja verde trenzada, un libro sobre el sillón, y el drama se esclarece…” (…)” …nadie, después de Van Gogh, ha sabido sacudir el gran címbalo, el timbre suprahumano según el orden rechazado que hace sonar los objetos de la vida real, cuando se ha aprendido a aguzar el oído lo necesario…la luz de la vela se hace oir, como la respiración de un cuerpo amante frente al cuerpo de un enfermo dormido”


No hay fantasmas en los cuadros de Van Gogh, ni visiones ni alucinaciones.


Sólo la tórrida verdad de un sol de las dos de la tarde.



Pero allí está el sufrimiento prenatal.


Es el brillo húmedo de un pasto, del tallo en un plano de trigo que está allí listo para la extradición.


Y del que la naturaleza un día rendirá cuentas.


Como también la sociedad rendirá cuentas de su muerte prematura”.


“No conozco a un solo psiquiatra capaz de escrutar un rostro humano con una fuerza tan arrasadora, como diseccionando con un estilete su incuestionable psicología.
(...) Mejor que cualquier psiquiatra del mundo, el gran Van Gogh situó así su enfermedad”.


“Un día aparecieron los verdugos de Van Gogh, como aparecieron los de Gerard de Nerval, de Baudelaire, de Edgar Poe y de Lautréamont.


Aquellos que un día le dijeron:


Y ahora basta, Van Gogh; a la tumba; ya estamos hartos de tu genio; y el infinito, del infinito somos nosotros los dueños”.


Antonin Artaud, "Van Gogh, el suicidado por la sociedad"

sábado, 7 de enero de 2012

Hechizo



"La historia de un texto es como una larga caricia"


Anne Carson


Todo tipo de defensas sin saber qué está pasando, navego en archipiélagos, entre islas sumergidas, vengo con mis antorchas de furia, estoy enferma de una especie de éxtasis, parece que no hay ningún lugar, en parte alguna, como nombra Christa Wolf, para las suicidas del amor, excusas están siendo sacadas de la chistera para tratar de salvarme de otro naufragio, pero ya estoy con ella en la comunión sagrada del amanecer, está conmigo cuando despierto en medio de cada madrugada, quisiera tener en la noche sus flujos de la tierra, la flor abierta, mi desbordamiento no tiene fin, el hechizo de lo que no puede ser, si supiéramos qué es el destino: si me quedo, si me voy, mi vuelo envuelto en sangre, con las punzadas del deseo, entre la agonía de la condenación, cuando me acerco a alguien con mis alas blancas, las intuyen pronto, son quemadas, no soportan el peso de la bestia, del ángel herido y expulsado, del animal, tengo patas, no tengo código humano, sólo lengua para lamer, sólo tejido, sólo impurezas...

Imagen, Albert Lamorisse

Des-realización



hierros me cruzan, sólo me arde la vida o la muerte, y pequeñas marcas en la piel que besé en cuerpos amados, puedes mirar mi corazón cómo se propaga lanzándose, ¿sólo unas noches para toda la vida?, atlas de golpeados clavado en mí, con mis botas de goma por el río, los papeles de mi existencia, como espigas picando mi piel, están inscritos en la visión y el tacto, música spell, sonidos, el pulso de los latidos del cuarto de las dos amantes, y sé que esta cosa frágil que es mi vida, saldrá o no saldrá, el insomnio durante la noche me hace recorrer un infinito bosque donde me inclino a coger orquídeas para beber su veneno narcótico...

Imagen, Franck Juery

Solaris



"Yo no tenía ninguna esperanza, y sin embargo vivía de esperanzas; desde que ella había desaparecido, no me quedaba otra cosa. No sabía qué descubrimientos, qué burlas, qué torturas me aguardaban aún. No sabía nada, y me empecinaba en creer que el tiempo de los milagros crueles aún no había terminado".


Solaris, Stanislaw Lem

Desperfecto



"Tiene la sensación de estar herido. Tiene la sensación de que, pausada, constantemente, algo se está desgarrando en su interior: una pared, una membrana. Intenta controlarse todo lo que puede para que la cisura no se abra más de lo debido. Para que no se abra más de lo debido, no para frenarla: nada la frenará".


Infancia, Coetzee


Imagen, Ériver Hijano

Lhasa de Sela, Rising