Salto a la tierra en busca de comida. en el mar veo bibliotecas transparentes, palabras transparentes, cuando me envuelve en su abrazo el suave olor a almizcle. me colocas la larga bufanda roja alrededor del cuello, cubres mis orejas y la nariz, y comienzas a reirte. voy a una pradera a recoger flores, remuevo las arenas para traer conchas marinas, me invade el miedo y recuerdo los abedules de anna ajmátova. noto el calor del aliento y las pelusas de lana en la boca. lo único que sé, es que dentro de dos días ya no estaremos juntas. soy feliz en este instante pero de pronto el dolor del final se inmiscuye sigilosamente. Las botas llenas de agua y los pies helados. mi mano pasa por la hierba, rozándola, muy suavemente, y sueño que nos tumbamos para amarnos. el sueño sigue mientras caminamos por el paseo del Spree. como hace tanto frío llevo las manos en los bolsillos, tú me tomas del brazo. de pronto un oleaje feroz comienza a mover olas cada vez más grandes, imagino que el ruido del mar ahoga tus palabras, pero cuando las olas se alejan “no podemos seguir así” tu voz aterida por el frío. las olas regresan, pronuncias mi nombre y me miras para que diga algo. El mar se retira. “vámonos al piso”, te digo al oído. aprieto tu mano enlazada en mi brazo…y tiro de ti… En la maleta traigo tus guantes deshilachados que siempre tendré conmigo,… el pequeño moledor de café del mercadillo de Kreuzberg, el barrio turco donde hemos sembrado el amor que nunca podremos vivir, antenas parabólicas orientadas hacia Estambul…
Imagen, Marina Rosso
domingo, 27 de febrero de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
miércoles, 16 de febrero de 2011
Lirio de agua
¿Su color de pelo?, ahora es casi blanco, y antes, según como le dieran los rayos de luz, castaño miel, o color madera, lo mismo que sus labios, unas veces rojos, otras pálido rosa, otras resecos por los llantos de rabia…y su mirada… de fiebre… me hacía latir el corazón. sus arrugas finas y marcadas, sus ojeras azules por el cansancio…mis besos en sus ojos. Ella también trabajaba de camarera en el bar. pequeños guijarros. desgarbada, el uniforme un poco ancho, la cola del pelo floja y el pasador torcido, siempre despeinadas las dos, se daba la vuelta y me sonreía mientras preparaba la comanda, servía sobre la mesa, lentamente, las tazas de café, las cocas-colas, los vasos de vermut, el agua con gas, los clientes detrás de sus gafas de sol, se quejaban. que si el hielo, que si el café así o asá, que si fuera el limón o que si falta el limón...en los butacones repantigados como niños caprichosos…le Grand Guignol. Por las mañanas ramo de flores sobre el mostrador, al terminar el turno me llevaba dos para nosotras. Al salir corríamos cruzando la plaza, las calles, la multitud que se agolpa en el monumento emblemático de la ciudad, siempre la multitud, las colas para entrar…la alergía que nos producía el colapso de gente . Después la puerta cerrada. nos saltábamos las clases de la universidad, al subir las escaleras ya habíamos empezado a tararear a Ornella Vanoni, la temporada que nos dió por los italianos. Rodamos por la cama, tiro de las mangas de tu jersey…mi camiseta por el suelo. Bajo la arena miramos el Somorrostro, la montaña del Carmel, reflejando como un espejismo los refugios del mar, y en uno de los extremos Trinitat Vella y Trinitat Nova, y entre @22 y el Forum está La Mina, y en el Raval el Babel de la supervivencia, y en la montaña de Montjuic, cerca de la Zona Franca, deambulan deshechos humanos con palos en las manos…nuestra vieja sentencia our revenge will be sweet quedó anegada bajo el gran pantano, se habrá convertido en insecto, junco o lirio de agua.
Hace ocho días cuando te encontré, me recordaste a Belén Gopegui…ese mechón blanco en tu pelo…en la sonrisa mucha tristeza…
Imagen, Izis
Hace ocho días cuando te encontré, me recordaste a Belén Gopegui…ese mechón blanco en tu pelo…en la sonrisa mucha tristeza…
Imagen, Izis
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domingo, 13 de febrero de 2011
Los bailes nocturnos
Cayó una sonrisa en la hierba. ¡Irrecuperable! ¿Y cómo tus bailes nocturnos van a perderse? ¿En las matemáticas? Tales brincos y espirales puros... Sin duda recorren el mundo para siempre; pero no quedaré enteramente vacía de bellezas: el don de tu pequeño aliento; el olor a hierba mojada –lirios, lirios. Incomparable es tu carne. Sylvia Plath
Imagen, Arthur Elgort
Evanescencia
jueves, 10 de febrero de 2011
La cabeza del pescado
Colocas uno o dos lobos a tu lado, mientras esperan las condecoraciones, a trabajar se dijo, los proyectos administrativos, diagrama de causa y efecto, lluvia de ideas: el diagrama de la espina del pescado, la cabeza del pescado es el problema causa, planificación, estrategia, el cronograma de actividades, los recursos, las metas, los fines, baja producción en el último trimestre, manejo del tiempo de los trabajadores, aumentar la producción, táctica, plan de acción, los resultados, planear, organizar, controlar, ejecutar, departamento de producción, producción, producción, producción, aprendices, nivel de competitividad, integralidad perceptiva, el todo y las partes, la figura y el fondo, posición valorativa, ganancias y resultados , el tiempo y los cuarenta ladrones, en una empresa hay que identificar rápidamente cuales son los cuarenta ladrones para que no disminuya la productividad, realizar planes de acción correctivos, características del éxito. Ni vivir ni navegar. los barcos están dentro de la botella…con las velas desplegadas…
Ilustración, Raúl Allen
martes, 8 de febrero de 2011
domingo, 6 de febrero de 2011
Vivian Maier
En 2007, un joven llamado John Maalof, agente inmobiliario, acudió a una subasta de muebles y antigüedades en la que adquirió, por 400 dólares, una caja llena de 30.000 negativos.
Eran fotografías tomadas de las calles de Chicago en las décadas de los 60 y 70. Quedó tan fascinado por el trabajo, que compró el resto de cajas de negativos, en total la colección alcanza las 100.000 imágenes.
Desconocía al autor de esas imágenes, pero en una de las últimas compras, encontró un nombre escrito a lápiz en el sobre de una fotografía: Vivian Maier. Investigó y averiguó que Vivian Maier trabajó de niñera y era fotógrafa aficionada, hija de refugiados franceses, nacida en 1926, en Nueva York.
Al final de su vida, cuando Vivian Maier no pudo hacer frente a los pagos del almacén donde guardaba sus fotografías y objetos personales, todo le fue embargado. Y en pública subasta Maadof compró las cajas.
Falleció en Chicago, el 21 de abril de 2009 a los 81 años de edad.
viernes, 4 de febrero de 2011
Hospital de ranas
"En algún sentido, mi infancia consistió en una especie de proceso en el que yo me iba consumiendo, un paseo sin destino, un paseo en sueños por bosques y después, ilegalmente, por los caños de cemento para desagüe, o yo lo hacía arrastrándome, o sola y cómoda en la casa (¡todo el mundo lejos por una hora¡) masticando la sal en pedacitos de papel, o escondida en la tarde bajo las colchas para formar ahí, de alguna manera, un lugar nuevo, un espacio nuevo que no había existido jamás en la cama, como un ensayo para el amor..."
Lorrie Moore, Hospital de Ranas
Imagen, Helen Van Meene
Le Bateau Ivre
martes, 1 de febrero de 2011
Viento de locura
“¿Escribir? – Sí, ¿pero no hay que escribir desde el punto de vista de Dios? - ¡Qué desgracia! - ¡Renuncio, entonces!”
“En verdad no tengo ninguna “razón” para escribir. Todo viene de ese viento de locura.”
“Saco la lengua.Tengo tres. ¿Tres lenguas? Perdóneme. O quizás una sola pero cambiante y multiplicante, una lengua de sangre, una lengua de noche, una que atraviesa mis regiones en todos los sentidos, que enciende sus energía, las arrastra y hace hablar a mis horizontes secretos.”
Hélène Cixous, La llegada a la escritura, Ed. Reverso
Hélène Cixous, La llegada a la escritura, Ed. Reverso
Imagen, Belle & Sebastian Write About Love
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arrastra y hace hablar,
cambiante y multiplicante
¿Ella, quién?
“Te agarran por los pechos, te despluman el trasero, te tiran en una cacerola, te saltean al esperma, te engrasan con aceite conyugal, te encierran en tu jaula. Y ahora, pon tus huevos.
¡Qué difícil nos vuelven hacernos mujer cuando lo que esto significa es hacernos gallina!
¡Cuántas muertes a atravesar, cuántos desiertos, cuántas regiones en llamas y regiones heladas, para llegar un día a darme el buen nacimiento! Y tú, ¿cuántas veces moriste antes de haber podido pensar, “Soy una mujer”, sin que esta frase significara: “Entonces sirvo”?
Yo he muerto tres o cuatro veces. ¿Y cuántos ataúdes te han valido de cuerpo durante cuántos años de tu existencia? ¿En cuántas carnes heladas se acurrucó tu alma? ¿Tienes treinta años? ¿Naciste? Nacemos tarde a veces. Y lo que podría ser una desgracia es nuestra suerte. La mujer es enigmática, parece. Los maestros nos lo enseñan. Hasta es, dicen, la personificación del enigma.
¿El enigma? ¿Cómo serlo? ¿Quién tiene el secreto? Ella. ¿Ella, quién? Yo no era Ella. Ni una Ella, ni ninguna.”
Hélène Cixous, Deseo de escritura, Ed. Reverso
Imagen, Hélène Cixous en la Universidad de Pennsylvania
¡Qué difícil nos vuelven hacernos mujer cuando lo que esto significa es hacernos gallina!
¡Cuántas muertes a atravesar, cuántos desiertos, cuántas regiones en llamas y regiones heladas, para llegar un día a darme el buen nacimiento! Y tú, ¿cuántas veces moriste antes de haber podido pensar, “Soy una mujer”, sin que esta frase significara: “Entonces sirvo”?
Yo he muerto tres o cuatro veces. ¿Y cuántos ataúdes te han valido de cuerpo durante cuántos años de tu existencia? ¿En cuántas carnes heladas se acurrucó tu alma? ¿Tienes treinta años? ¿Naciste? Nacemos tarde a veces. Y lo que podría ser una desgracia es nuestra suerte. La mujer es enigmática, parece. Los maestros nos lo enseñan. Hasta es, dicen, la personificación del enigma.
¿El enigma? ¿Cómo serlo? ¿Quién tiene el secreto? Ella. ¿Ella, quién? Yo no era Ella. Ni una Ella, ni ninguna.”
Hélène Cixous, Deseo de escritura, Ed. Reverso
Imagen, Hélène Cixous en la Universidad de Pennsylvania
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