martes, 17 de enero de 2012

Van Gogh, el suicidado por la sociedad

"Durante mucho tiempo me apasionó la pintura lineal pura hasta que descubrí a Van Gogh, quien pintaba, en lugar de líneas y formas, cosas de la naturaleza inerte como agitadas por convulsiones"

“Porque la pintura de Van Gogh no se opone a cierto conformismo de las costumbres sino al de las mismas instituciones. Y después del paso de Van Gogh por la tierra, ni la naturaleza exterior, con sus mareas, sus climas y tormentas equinocciales puede conservar la misma gravitación”.


“…la sociedad se sirve de los asilos para amordazar a todos aquellos de los que quiere deshacerse o defenderse, por haberse negado a convertirse en cómplices de las más grandes porquerías. Ya que un loco, en realidad, es alguien a quien la sociedad no quiere escuchar, y quiere evitar que manifieste determinadas verdades intolerables”

“…Una vela sobre una silla, un sillón de paja verde trenzada, un libro sobre el sillón, y el drama se esclarece…” (…)” …nadie, después de Van Gogh, ha sabido sacudir el gran címbalo, el timbre suprahumano según el orden rechazado que hace sonar los objetos de la vida real, cuando se ha aprendido a aguzar el oído lo necesario…la luz de la vela se hace oir, como la respiración de un cuerpo amante frente al cuerpo de un enfermo dormido”


No hay fantasmas en los cuadros de Van Gogh, ni visiones ni alucinaciones.


Sólo la tórrida verdad de un sol de las dos de la tarde.



Pero allí está el sufrimiento prenatal.


Es el brillo húmedo de un pasto, del tallo en un plano de trigo que está allí listo para la extradición.


Y del que la naturaleza un día rendirá cuentas.


Como también la sociedad rendirá cuentas de su muerte prematura”.


“No conozco a un solo psiquiatra capaz de escrutar un rostro humano con una fuerza tan arrasadora, como diseccionando con un estilete su incuestionable psicología.
(...) Mejor que cualquier psiquiatra del mundo, el gran Van Gogh situó así su enfermedad”.


“Un día aparecieron los verdugos de Van Gogh, como aparecieron los de Gerard de Nerval, de Baudelaire, de Edgar Poe y de Lautréamont.


Aquellos que un día le dijeron:


Y ahora basta, Van Gogh; a la tumba; ya estamos hartos de tu genio; y el infinito, del infinito somos nosotros los dueños”.


Antonin Artaud, "Van Gogh, el suicidado por la sociedad"

4 comentarios:

vera eikon dijo...

Amo a Van Gogh, sus estrellas que parecen destripar el cielo, sus girasoles agitándose en un baile que proviene de la entraña. Cuando veo sus cuadros siempre pienso que Van Gogh inventó el amarillo. O que quizás no había color antes de Van Gogh. O me acuerdo de esa frase de Wilde "la naturaleza imita al arte". Sé que esto es parte de un delirio propio, pero quizás por esto mismo, amo a Van Gogh.
Me han encantado los fragmentos que has seleccionado, Say. Tengo que leer ese libro!!! Un bico en la noche de Van Gogh

Say dijo...

Vera,
uno de los mejores y más hermosos libros sobre Van Gogh. Artaud escribe sobre el pintor en un estallido de apasionamiento inmenso. y con furia y rabia contra una sociedad burguesa, "de deshonestidad deliberada e insigne hipocresía".

llevas razón, el amarillo lo inventó Van Gogh...

"¿Por qué las pinturas de Van Gogh me dan la impresión de ser vistas como desde el otro lado de la tumba de un mundo en el que, al fin de cuentas, habrán sido sus soles lo único que giraba e iluminaba jubilosamente?"

creo que el libro te gustará mucho,
un bico Vera

anamaría hurtado dijo...

Me encanta este libro, Say!!! tiene a su vez la furia de Van Gogh y la de Artaud, ambos desgarrados por el peso de la realidad, ambos enamorados de los colores imposibles, del vientre tembloroso de las velas, escuchas del rugido del gran címbalo, del silencio que se posa a punto de convulsión sobre las sillas vacías, ambos esperando el estallido del milagro, ambos cultivando en los surcos que dejan las estrellas...
Gracias por recordarnos estos seres extraordinarios

repito para Artaud también:
... Y después del paso de Van Gogh por la tierra, ni la naturaleza exterior, con sus mareas, sus climas y tormentas equinocciales puede conservar la misma gravitación”

nada gravita igual, nada gravita
abrazos amarillos
anamaría

Say dijo...

qué maravilloso ana, que también hayas leído este libro!

dos seres que amamos por la furia, el coraje, la impetuosidad, la fiereza, la gran revelación de sus vidas, la más honesta fuerza vital,

la convulsión, mi identificación apasionada con Van Gogh y Artaud.

un beso desde la conmoción de todos los tonos del amarillo de Arles