jueves, 23 de septiembre de 2010

Las tierras inundadas


"La imaginación es la reina de la verdad, y lo posible es una de las provincias de lo verdadero. Ella deviene realmente emparentada con lo infinito"


"He aquí que ya toqué el otoño de las ideas,
y debo usar la pala y los rastrillos
para hacer resurgir las tierras inundadas,
donde el agua ara como tumbas grandes hoyos.
¿Y quién sabe si las flores nuevas de mis sueños,
encontrarán en este suelo estéril como la arena
el místico alimento que les daría su vigor?"

Charles Baudelaire

Oeuvres complètes.
Fragmento de su poema "El enemigo"

10 comentarios:

Edmundo dijo...

Que placer releer a Baudelaire, este maldito, al cual le seguís los pasos, abriéndonos los ojos a la fuerza.

Darío dijo...

Que bello. Siento que la imaginación es un abono estupendo para esas tierras asoladas.

Say dijo...

Bajo su "cárcel de cristal y sus lirios enrojecidos", Baudelaire, ebrio siempre de bellezas y de cóleras, nos abre la nave de la mente...

Say dijo...

Curiyú,
también siento que la imaginación es una gran aliada de la vida...la imaginación tiene un elemento eterno, infinito...y además está cargada de belleza y pasión...

PÁJARO DE CHINA dijo...

me retiro lentamente a una vida en la provincia, se me esfuma irreversiblemente la línea entre lo que veo y lo que es. porque "es" lo que "veo", Say, y veo muchísimas cosas que no puedo tocar, te veo a vos, por ejemplo, "no necesito ver Constantinopla para saber que existe", dijo un rey.

hace años le leía a un chico ciego y el chico ciego quería que le leyera solamente Baudelaire. solamente Baudelaire. y me describía los colores y me decía que le gustaba el sonido de mis pulseras cuando pasaba las páginas. él veía los colores en Baudelaire y yo le miraba las pupilas huecas y tan llenas, tan llenas de cosas como barcos, llevaba dos barcos en la cara y era de una dulzura extraordinaria.

en la tumba de Baudelaire encontré una tarde de lluvia la carta de una chica, con la tinta corrida. llovía a mares. yo estaba empapada. sentí que si estaba allí yo podía leerla, aunque no fuera la destinataria. porque escribimos para que nos quieran y yo ya estaba queriendo a alguien que le deja una carta a Baudelaire.

era una carta de agradecimiento de alguien que se iba, que no sabía cómo sería cruzar el límite pero sabía que tendría que hacerlo pronto aunque no quisiera y le daba las gracias, a Baudelaire, por haberla acompañado tanto. Virginie. ése era el nombre. no olvidé nunca su caligrafía.

te abrazo.

PÁJARO DE CHINA dijo...

lo auténticamente hermoso son los rastrillos y la pala. aunque sean de lata oxidada, refulgen.

Say dijo...

Mariel,
la vida en la provincia de lo posible es hermosa. En ella lo que "vemos" es lo que más "es".

Estoy en el chico ciego. Siento en mi cabeza los colores de las palabras de Baudelaire ...El mundo inmenso a la luz de su lámpara, los barcos navegando dentro de las pupilas interiores del flâneur metafísico, apasionado y deambulador que "ve" muchas cosas...

Sobre la tumba de Baudelaire, la carta de Virginie. Me gusta que las tres hayamos estado en ese mismo lugar. Yo toqué la tumba de Baudelaire. Y en ese gesto te toqué a ti. Toqué a Virginie.

Gestos de infinitud...

Say dijo...

"Nos gustan las cosas , con señales de exceso de suciedad , el hollín , el mal tiempo , nos encanta el color y brillo , que recuerda el pasado que los crearon" Junichiro Tanizaki

Mariel, cómo refulgen esos rastrillos y esa pala!

Un beso

Lectora dijo...

Totalmente, sin imaginación no hay salvación.

Say dijo...

Es verdad, Sonja, la imaginación capta las vibraciones más imperceptibles de la vida, por eso es la reina de la verdad y de la salvación...