miércoles, 30 de enero de 2013






Bailemos en Baronnies

Vestida con falda de olivo

                                              la Enamorada
había dicho:
                      Cree en mi muy infantil fidelidad.
 Y desde entonces un valle abierto,
                                      una cuesta que brilla
un sendero de alianza
                               han invadido la ciudad
donde el libre dolor se halla bajo las aguas vivas. 

René Char, en Fureur et Mystère

Imagen, Edward Weston, El Lirio Blanco


2 comentarios:

stalker dijo...

René Char, siempre atento a despertar el furor del misterio

acariciando las aguas vivas bajo las que habita el temblor: raíz íntima de lo que somos...

Say dijo...

estos días estoy leyendo a René Char que amó vivir al margen de la sociedad y le gustaba la amistad con los “matinaux” rompedores del alba o de la aurora...me gusta su insumisión ante las agresiones del mundo...su ir solitario y alternativo, me gusta cuando habla sobre los niños o sobre la penumbra de los bosques, y la nieve voluptuosa. cuando en su época de insomnios, habla del espacio íntimo y el espacio exterior, cuando habla de los liberados de la esperanza, del amor, o de la lucha de los leales adversarios, lámpara y viento, serpiente y pájaro, roca y tormenta, luz y defensa, abeja y virtud,...la carnalidad en erupción...

"Este élan absurdo de los cuerpos y del alma; esta bala de cañón que alcanza el blanco en el hecho del estallido, sí,..."

como dices,

"acariciando las aguas vivas bajo las que habita el temblor"