“y en la
plaza de la aldea, el niño hizo girar sus brazos, comprendido por todas las veletas y gallos de campanario, bajo el deslumbrante aguacero” Rimbaud, Después del Diluvio, Iluminaciones
“Este ídolo, de ojos negros y crin amarilla, sin padres ni reino, más noble que la fábula, mejicano y flamenco; su dominio, azur y verdor insolentes, se extiende por playas
nombradas, olas sin navíos, con nombres ferozmente griegos, eslavos,
célticos.” A. Rimbaud, Infancia I, en Iluminaciones
Imagen,Stefan Zsaitsits
6 comentarios:
Hermosa imagen la del niño en la plaza, el mundo no deja de ser cruel pero al menos tiene belleza. Gracias.
Rimbaud me hizo amar la poesía. Sigo pensando que fue el más hermoso de los niños perversos. Un abrazo.
te felicito por el ensamblaje perfecto de palabra e imagen que conmueve y extasía.
un saludo, rama.
Angi,
es cierto, un mundo peligroso, violento, y a la vez terriblemente vivo de impresionante belleza...
gracias a ti,
un beso
Darío,
Rimbaud aún no ha sido superado. yo también sigo pensando que fue y ES el más hermoso de los niños perversos...
un abrazo
rama,
gracias por tus palabras,
un saludo
Publicar un comentario