anoche,
caminando por las escaleras del metro volví a saludar al mismo muchacho que
llega cada mañana a las 7, y de nuevo a las 6,30 de la noche lo encuentro
esperando mi luz para seguir adelante, su rostro acristalado quiere que detrás
de la victoria, nuestro saludo valga infinitamente. nunca hemos hablado,
sólo las dos palabras y una sonrisa de dulzura. aún no sé si es un instrumento
de música lo que lleva en esa maleta o es sólo el paño de seda de ascuas para
poner en el suelo. la actividad me lleva atrapada adelante, pero ni siquiera la
distancia o la geografía nos puede impedir vivir ese gesto y tenerlo dentro.
todo nos concierne, nuestros sentimientos son como un fuego. los dos
hemos leído textos venenosos peores que los evangelios. por eso sobrevivimos a
los vaivenes y a nuestra propia ferocidad.
hoy he estado en un evento donde la gente se mueve en
glamurosa intelectualidad, se habla sobre quiénes suenan como vacas sagradas en
el mundo del arte, de inversiones y de expansión. no quiero ni tengo nada que
decir, pero una mujer me mira del otro lado ansiosa esperando mis palabras. 13
habitaciones, mis bolígrafos, mis lápices afilados listos. quién no se ha
desequilibrado por un campo nevado y ha desaparecido en la espesura. éste es el
camino a través del alce. en el edificio, en la entrada de la exposición, una
mujer mira las invitaciones y da a cada uno de nosotros un díptico de la obra. entramos en un cuarto oscuro octogonal en el que se exponen
algunas esculturas de hierro y bronce. me pregunto si estoy de acuerdo con
Baudelaire, que la escultura es la más aburrida de las artes visuales.
parecemos los tontos de moda a la espera de entrar en esos eventos que engordan
el ego de los niños de apellidos elocuentes, todos con sus pea
coat, las barbas
de leñador enormes, la última posibilidad de ser un hipster, saltar el
contemporáneo desfile kitsch. las esculturas tienen el sello creativo de
civilizaciones que europa destruyó. querer retrotraer ese templo de respiración
profunda de antiguas culturas, alimento para crear algo artísticamente creíble.
intento de verdad que algo me emocione, sentir la lluvia. pero no llueve nada
aquí, mi techo de chapa me lo haría saber.
¿cómo se puede escapar con prontitud
de esta vacuidad de la sociedad burguesa? tengo la sensación de que no hay nada que expresar.
ninguna fuerza de expresión suficiente que me ayude ¿cómo es posible que todo
haya llegado a ser tan, tan malo?
cuando camino de vuelta a casa entro
en la floristería, la florista me habla sobre su pasión por los
ciclámenes y las hortensias, pero luego me habla de los lirios, las orquídeas,
las labiadas, la verbena “Aphrodite”...la tienda
orbitando sus pensamientos oníricos en su suave voz. en una de las flores hemos
encontrado un pequeño gusano, me gustaría llevarte miserable compañero, le
digo, tú serías benevolente conmigo, él se ríe de mí mientras se desliza feliz
entre las hojas.
guerras lejanas vienen a dormir a
casa. la sombra roja se difunde. despego de la acera mi piel
salpicada a través de una cuerda con fieros engranajes, tantos pequeños nudos
para deshacer. me veo como una adolescente. no necesito lingüística
computacional para decirte por qué este dolor. soñé tu nombre gritado en ese
bosque del alce. todo tan reactivo, refulgente, resistente a las teorías
fálicas que se supone gustan al sistema.--estoy creciendo en esta ansiedad sin fin, todo se
puede quemar, pero yo vi otra caída de pluma blanca entre los copos de nieve el
otro día y alcanzada por una bala llegó un extraño consuelo. la poesía se
repite en los momentos en que más lo necesito.
tengo un tiempo duro con febrero.
se trata de un mes quimera. puede evocar una tormenta monstruosa. necesito más
tiempo para pensar en lo habitual. viene a mi mente la imagen de tus gafas
sobre la mesa y tu bellísimo colgante en forma de corazón. mientras trabajo de noche hay una pequeña luz en la cocina y el dormitorio.
me muevo entre el fulgor del fuego en los ojos inhumanos de un lobo
entre la niebla, vuelvo la cabeza en mi cabeza, aquí se inicia el territorio de
las horas. seré fuerte, mi dolor será de distancia. están los Tigres en casa.
el pájaro, los bosques, AS Byatt, Heráclito, el agua, la
carne y no. el Río de las Sombras. La belleza y el dolor. Proust. Religio
Medici y Urne Buriall, los viajes completos, el Atlas, Shklovski, las
cicatrices, la medianoche de Ariadna, o la vida de una mujer. la impureza inocente de las hijas incurables.
Imagen, Alex Howitt