pero aquellas imágenes capturadas con semejantes cámaras terminaron expuestas en museos y galerías de arte de Berlín, Zúrich y Nueva York, y alcanzaron altas cotizaciones. La conversión a “loco del pueblo”, se debió a la decisión de aislarse de la represora sociedad en el poder en aquel entonces en su país, pagó caro por ello, con una quincena de años internado en cárceles y hospitales psiquiátricos.
Esta es la historia de un hombre considerado un loco sin techo por la gente de su pueblo de origen. En realidad, era un hombre quizá menos loco que la sociedad que le rodeaba.
Nacido en Tichý, en 1926. se podría haber convertido en uno de los principales pintores de estilo modernista. Su pasión era la pintura y había sido aceptado en la Academia de Bellas Artes de Praga. Pero tras la llegada al poder de los comunistas en 1948, cambia el rumbo de la vida de Tichý que fue rápidamente identificado como un rebelde por el régimen opresivo y comenzaron los intentos de “normalizarlo”, con todo lo que ello implicaba.
Después de su servicio militar obligatorio, Tichý se hizo más excéntrico. Dejó de preocuparse de cómo se veía, vistiendo como un vagabundo, posiblemente expresando su rebelión a través de su apariencia personal. Aunque la única ambición del joven era mantener su libertad, muy pronto su actitud fue interpretada como una forma de disidencia por las autoridades, que empezaron a controlarle, a impedirle ejercer la pintura y a acosarle hasta encerrarle en cárceles y centros psiquiátricos.
Una vez libre, en la década del 60, Tichý se instaló en una humilde vivienda en su pueblo natal, Kyjov. Fue en esta época que se “retira de la sociedad”, abandona la pintura y comienza a hacer sus cámaras voluntariamente imperfectas e inicia un camino de experimentación con la fotografía.
Desde mitad de la década de los sesenta hasta la de los noventa, todos los días Miroslav Tichý se levantaba temprano y deambulaba por las calles de Kyjov, observaba a las mujeres y realizaba alrededor de 100 instantáneas diarias. Con cámaras nacidas de la basura y de su ingenio Tichý cazó durante tres décadas la belleza más profunda de las mujeres del pueblo: en la vida cotidiana, en el mercado, en las paradas de los autobuses, en la pileta del club comunal. En un momento a Tichý le prohibieron acercarse al natatorio por lo que se construyo teleobjetivos con tubos de cartón para poder hacer fotos clandestinas desde la distancia, que es la razón por la que en varias de sus fotos se ve una valla de alambre.
Cuando llegaba la noche volvía a su casa y realizaba ampliaciones de las mejores fotografías con instrumentos también fabricados con desechos. Tichý vivía de una pequeña pensión de invalidez, y hacía fotografías para su propia diversión, sin prestar atención a las normas de la época. También fabricaba marcos artesanales y los pintaba sobre las fotos. Cuando su trabajo fue finalmente descubierto, la mayoría de las fotos estaban dañadas por haber sido expuestas a las duras condiciones de ser almacenadas de manera incorrecta en la miseria de su estudio.
En 1981, Roman Buxbaum, vecino y amigo de Tichý de la infancia encontró esparcidas impresiones sobre el suelo y comenzó a reunirlas a lo largo de los años. Fue durante un largo tiempo, la única persona que tuvo acceso a las bellas imágenes captadas por el artista.
Un día decidió llevarse parte del material a Zúrich para enseñarlo a los dueños de una galería. Y desde allí empezó a circular por el mundo. Harald Szeemann, organizó su exposición en la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla en 2004, en 1990 había realizado una exposición en la Die Blaue Kunsthalle DuMont de Colonia. Pasó por la Nolan / Eckman Gallery de Nueva York, por la Kunsthaus de Zúrich y por la galería Arndt de Berlín, entre otras. Algunas de sus fotos alcanzaron una cotización de entre 4.000 y 8.000 euros en el mercado. Y un documental sobre su vida y obra, Tarzan in pension, que el propio Buxbaum dirigió y cuyo título está tomado de la respuesta que Tichý daba a la gente de Kyjov cuando le preguntaba si era un pintor, un fotógrafo o un filósofo. “¡Soy un Tarzán retirado!”, contestaba.
Desde su descubrimiento, continuó viviendo como ermitaño. Tichý nunca asistió a una exposición, nunca aceptó el dinero recaudado con las ventas de sus fotos, continuó viviendo en la misma casa y siendo un outsider el resto de su vida. Murió en el mismo pueblo donde nació en el año 2011 a la edad de 85. “Primero de todo, tienes que tener una mala cámara”, y “si quieres ser famoso, es necesario hacer algo más mal que nadie en el mundo entero”, dijo Tichý una vez.
una de las muchas
cámaras caseras de Tichý
el tapón de una botella es la pieza que sirve para hacer avanzar la película
cámara teleobjetivo
Lentes
Ampliadora
Tichý utilizaba su bañera para hacer el revelado de sus fotos
archivo de las copias
Miroslav Tychý
Tichý con una de sus cámaras
8 comentarios:
Genial!!!!
un abrazo.
es hermoso Tichý ¿verdad?
gracias, Tula!
y un abrazo!
Impresiona todo, su vida, su historia, el que esas cámaras hicieran fotos.... pero sobre todo impresiona su foma de ser, una persona que vivió conforme a sus ideas y sentimientos. Me ha encantado.
Un beso, Say
Carmela,
es cierto, él vivió conforme a sus ideas y sentimientos,
todos tendríamos que vivir así, libres, y no esclavizados dentro de estas terribles sociedades que han quedado subyugadas,
donde hemos aceptado el dominio y el sometimiento de un sistema mundial mercantilista y asesino que bajo el brazo armado criminal de los estados heteropatriarcales y capitalistas nos han obligado a ser los seres serviles que somos,
Miroslav fue valiente,
y me encanta, es un ejemplo, para mí, maravilloso,
un beso
agradesco por averme dado a conocer tal SOSA del arte
gracias messina.
me hace feliz haberte dado a conocer el arte y la vida de Tichý y que te guste tanto como a mí.
un saludo
Tichy no padeció precisamente al capitalismo, sino la epresion de un estado totalitario y tan criminal como este: el socialista
y llevas razón.
yo soy anarquista.
aborrezco todo tipo de gobierno. deseo para Marx y el socialismo y todo tipo de gobierno doctrinario y clasista, más que su destrucción total y radical de la faz del planeta.
yo soy como Tichy. incapaz de adaptarme a esta repugnancia de mundo.
no creo en nadie, como él, quiero ser libre.
y con mis deseos inclasificables quiero otras formas de supervivencia. voy contra los Estados de estas democracias cavernícolas, como tenemos en toda Europa y EEUU. y también contra todo el séquito de corruptos y niñitos bien que difunden pensamiento europeo-blanco o apoya estos gobiernos genocidas,
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