"Una escritora de San Petersburgo, Lydia
Avílova, de 24 años, se enamoró de Anton Chejov. En cierta ocasión le envió
como regalo un medallón de los que antes se colgaban de la cadena del reloj que cruzaba el chaleco. En una cara había hecho grabar el título de una
antología de cuentos de Chejov, y en la otra: “página 267, líneas 6 y 7”. Recibiría
este regalo el escritor y es lógico pensar que buscaría la página y las líneas
que ella le indicaba. Encontró que correspondían a la frase de un cuento suyo: "Si
un día quieres mi vida, ven y tómala."
“Desde los bosques nevados. Memoria de
escritores rusos”, Juan Eduardo Zuñíga
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