martes, 11 de febrero de 2014

dans le pont

Édouard Boubat, Pont des Arts, París, 1955


Brassaï, Pareja au bord de la mer , 1930-32


Simone Signoret y Yves Montand sur les quais, París, 1950


Le Diable au corps, Claude Autant-Lara, 1947


André Kertész, Sur les quais, París 1926


André Kertész, Seuphor sur le pont des Arts, París, 1926


Frank Meadow Sutcliffe, Entusiasmo o severas realidades,1888


JJ Clarke, Dublin, Irlanda, alrededor del año 1904


Henri Cartier-Bresson, Orillas del río Sena, París,1936



le pont neuf


Marc Riboud, Estambul, 1955



Evelyn Hofer, Mujer en el Pont Neuf, París 1967




"Y ella se sentía como si hubiera estado allí, en ese banco, por una eternidad. Igual que una infinidad de pasión puede estar contenida en un minuto, como una muchedumbre en un pequeño espacio." -  Gustave Flaubert, Madame Bovary



Kai Ziehl


"Et quand tu n'es pas là 
Je rêve que je dors je rêve que je rêve." 

Paul Eluard, L'Amour la poésie

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Que será lo que tienen las riveras sean del mar o del río?…siempre el agua..
abrazo,
Tula

çç dijo...

sucede algo peculiar siempre con los puentes, el puente de sant'angelo roma o el trastevere por ejemplo te dan la sensación de haberlos habitado siempre, el puente pequeño incluso, una loseta de piedra cruzando un regato. Observo en la secuencia una morada común, un modo de despejar la orilla, habitándola. André Kertész es un fotógrafo que estimo mucho. También tiene un componente puente entre la vida y el eros /Je rêve que je dors je rêve que je rêve."P.E. Las ciudades también tienen un componente de eros ante la construcción de sus puentes, el que los cruza solo piensa o siente que alguien ha quedado atrás, se para, se sienta, cruza las piernas. Pocos lugares así pueden hacer que se funda el interior de uno con el exterior. hacía tiempo que no pasaba querida say. abrazos. me ha encantado cruzar esos puentes

chris dijo...

Tantos puentes por cruzar.... me encantaría tener dinero para poder hacer viajes y descubrir puentes. Además de los ya retratados los hay pequeños y preciosos, perdidos en lugares donde no solemos llegar y que esperan que transitemos por ellos para contarnos su historia.

Gracias por compartir estas fotos tan bonitas!

Say dijo...

Tula,
qué será eso...cuando nos sentamos al borde del agua, miramos la corriente, y todo se estremece y todo se agita...


abrazo,

Say dijo...

çç,
los puentes que nombras los tengo en el alma,

y de Italia, alguno de Venecia que también crucé...

es así, en estos puentes, tienes una sensación antigua de haberlos habitado siempre,

de Italia tengo las imágenes grabadas de la primera vez que la conocí hace muchos años en un viaje con Interrail, no tenía ningún dinero y dormíamos en albergues, en los parques o sobre nuestra mochila debajo de los asientos en las estaciones de tren, comíamos casi siempre pan y queso que comprábamos en las tiendas más baratas que podíamos encontrar, recuerdo al pagar, nos pedían 2.000 o 3.000 liras por una barra de pan o una pequeña lata de cerveza, claro! el valor de cambio en las monedas en los distintos países era algo sorprendente!!

vivíamos como si fuésemos vagabundas ancestrales, callejeando todo el rato, encontré en las calles de Italia los mundos del arte renacentista veneciano, que tanto interioricé en mis clases de arte en las asignaturas del instituto, a Miguel Ángel con su pasión desbordada, a Caravaggio, en toda mi fiebre caravagista...comprendía tan bien esa fascinación barroca para la opacidad, la ilegibilidad y la indescifrabilidad de la realidad que representa...el erotismo exacerbado escondido en cada pliegue, en cada gesto, en cada expresión...

viví visiones y algo vital tan hermoso e irreal...

“Italia”, solía decir Anna Ajmátova, “es un sueño que vuelve durante el resto de la vida.”

en el tiempo en el que viajaba así era un tiempo en que no estaba inundado y masificado turísticamente como está ahora...

y bueno en París he recorrido todos sus puentes y desde todos los puentes he rezado mis plegarias, he lanzado flores y hojas con mi mensaje dentro, las he visto flotar río abajo suavemente como hermosos nenúfares...

çç, también para mí André Kertész tiene un radiante significado porque capta en cada gesto cotidiano la vida y el eros de una forma brutal...

me encanta tu intuición... “las ciudades también tienen un componente de eros ante la construcción de sus puentes, el que los cruza solo piensa o siente que alguien ha quedado atrás, se para, se sienta, cruza las piernas. Pocos lugares así pueden hacer que se funda el interior de uno con el exterior.”

"Mis ojos,
por haber sido puentes,
son abismos" Antonio Porchia

un abrazo muy fuerte también para ti querido çç,

Say dijo...

chris,
siempre he viajado de forma muy pobre, muy pobre, viajes que hice cuando el alma tiraba de mí, en ese mundo de amor, de existencialismo, de ebriedad,...

no sé, me refiero a los viajes esenciales de la vida,

ahora se viaja más por obligación, por trabajo o convencionalismo,

quizá la libertad del viajero de antes, no existe,

pero sigue existiendo lo que nadie podía romper, lo que sucede dentro,

y como dices, aún hay tantos puentes por cruzar,

y son esos tan hermosos, esos pequeños y preciosos, perdidos en lugares donde aún no hemos llegado y que esperan ser transitados para vivir y contarnos su historia...

Emily Dickinson decía que para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro, o Italo Calvino ¿qué puerto puede recibir más seguro que una gran biblioteca?...

leer y escribir son viajes apasionantes,

leer o escribir para mí es viajar,

porque cada palabra es un viaje,

un viaje largo, largo y pasional,

escribir es amar y amar ejerce un poder como una luna sobre las mareas...

gracias a ti chris y un abrazo!

josef dijo...

Me han fascinado esas fotografías tan evocadoras. Cada vez me atrae más el pasado y marcho hacia un futuro que una vez se convertirá en mi pasado...
Excelente post.
Un abrazo.

Say dijo...

josef,
fotografías evocadoras de modos de vivir,de ritmos y gestos distintos, es evocar mi resistencia a este tiempo que me ha tocado vivir,

un tiempo político, histórico y social tan terrible,

nunca hubiéramos podido imaginar un retroceso tan brutal en este siglo XXI,

adaptarme es imposible, en mi modo de sentir anacrónico y discordante mi inadaptación se hace incurable,

para mí es un reactivo mi resistencia a determinadas apariencias culturales, sobre todo en las novelas del sistema, las zanahorias de los regímenes políticos, ahora los juguetes tecnológicos, que aceptamos como borregos, aun si operan al servicio del sometimiento,

y sí, yo también, como tú marcho hacia un futuro que una vez se convertirá en mi pasado,

"No hay diferencia entre el fin y mi deseo del fin. No hay diferencia entre el objeto de amor y mi capacidad de amar. Avanzo sin miedo hacia el futuro porque sé que voy de lo mismo a lo mismo. Ciertamente el devenir estaba en el origen". Chantal Maillard

un abrazo,

Darío dijo...

Amo las imágenes que ponés. Tienen el poder de la reminiscencia, de la evocación. No pasan inadvertidas. Uno se queda mirando los puentes, las manos, los ojos, y todo tiene una profundidad indecible El plano de lo mítico, lo sagrado, de lo que Wittgenstein diría: "mejor callar". UN abrazo.

Say dijo...

Darío,
a veces de forma dolorosa faltan las palabras, conjuramos ese dolor inexpresable con imágenes a través del reflejo,

imágenes que evocan lo indecible, un viaje de reminiscencias y melancolías sobre la memoria, el destino, el amor, la ausencia, la aflicción, la vida,

a veces hay palabras que no podemos pronunciar,

y entonces las imágenes son nuestra iglesia de sentimientos,

un abrazo,

Carmela dijo...

Hay dos puentes físicos, que marcan dos puntos de mi vida, El puente Vecchio, hace muchos, muchos añosa, apenas el comienzo, el inicio del camino que tomé y que me ha llevado al hoy en que vivo. Otro puente, el Notre-Dame, lo cruce hace pocos años, y fue un regreso mental al inicio, al puente Vechio. Dos ciudades, Florencia y París, especiales y determinantes de mi vida, de mi hoy.
Ahora, hoy, sin embargo ambos puentes están en llamas, los cruzo y por detrás se van quemando, van quedando reducido a cenizas y al frente.....?¿
Siempre deberíamos sentir un puente firme debajo de nuestros pies y no sentir que cruzamos un puente en llamas.

Un beso, Say

Say dijo...

Carmela,
es precioso lo que dices, la experiencia vivida, el significado que ha tenido en el devenir personal los dos simbólicos momentos, lo comprendo porque estas dos ciudades y sus puentes, junto con Venecia, también marcaron en mi vida destinos cruciales,

es cierto a veces tenemos la sensación de que todo ha quedado reducido a cenizas,

y ¿al frente?

creo que sentir un puente firme debajo de nuestros pies y no sentir que cruzamos un puente en llamas, para algunas personas es emocionalmente imposible, creo que se vive siempre en el desamparo y en el filo de,

un beso Carmela,