miércoles, 9 de noviembre de 2011

Tren de cercanías


Resumo un viaje en el tren de cercanías, podría ser como cualquier día, pero hoy ha sido mi salvación en una poética de la vida. En el vagón con todos nosotros iba una mujer, a veces entre tanta marea humana, invisible. Una mujer que hace cosas, que no reflexiona, que actúa, ofrece, regala. Voy metida en mis pensamientos, entran en escena dos revisores y busco en mi bolso el billete para tenerlo preparado, lo busco y lo busco y no sé qué ha pasado con él, debería estar ahí...,qué hago! como podría librarme de ellos!, me levanto para irme al final, están cada vez más cerca...toca una parada, el tren aminora la marcha...de pronto una chica me dice...yo bajo aquí, hasta Orly éste te servirá, tómalo, y sin darme tiempo a saber nada más, ni casi ver su rostro, me deja el billete en la mano y baja al andén, au revoir me dice...


Merci, au revoir femme inconnue...Je vais garder ce ticket avec affecction, comme moi j`ai gardé les pierres, des coquillages, des livres. Merci pour votre acte de sympathie et de solidarité.

8 comentarios:

Darío dijo...

Ese valor, que el mundo convulsionado debe recuperar, en la calle, en la cama, o en campos de batalla. Un encanto.

anamaría hurtado dijo...

bajo el ticket se adormece sonriente Rimbaud,quien también sufrió esas cercanas epifanías de la belleza

un abrazo

Say dijo...

Joven,
sí, por favor! recuperemos los gestos espontáneos para acercarnos al otro con valor y pasión.

Say dijo...

Ana,
estos días releo a Rimbaud, me entrego a su fiera lucidez, el voraz cazador de fuego, la inmesura, el desarreglo de los sentidos para su videncia, mi atormentado desarreglo, la bella cólera de Rimbaud, todo tan ardiente dentro de él...me reanima.

entre estas páginas queda el ticket con el recuerdo hermoso...

un abrazo!

vera eikon dijo...

Un vagón de tren es un interregno, donde las férreas reglas del mundo se tornan maleables. Podría decirse que es como un verso en el que la palabra adquiere una nueva consistencia. Siempre me ha parecido que los trenes están llenos de poesía y amor. Y aunque tomar un tren acabe por formar parte de la rutina de nuestros días, no tiene nada de rutinario. Siempre hay un milagro al acecho....Bico, Say

Stalker dijo...

increíble gesto, tan extraño ya en nuestro mundo donde la bondad se pierde, donde todo está calculado, donde cada mínimo movimiento hacia el otro se cifra en términos de rentabilidad (emocional o de otro tipo)

fantástico, Say, me alegraste el día

y me alegro que te alegrara también el tuyo

un abrazo para que los trenes fluyan siempre en tu vida y te deparen otros gestos, otros ritmos, otras savias

Say dijo...

Es verdad Vera, en un tren siempre hay sensación de intemporalidad, de estar en un tránsito sin reglas. Y aunque en los trenes de cercanías casi todos vamos con ojeras azules por falta de sueño, preocupados o cansados de vuelta del trabajo, nos envolvemos durante ese viaje en un momento de paz.

y "siempre hay un milagro al acecho"

Bico!

Say dijo...

Stalker,
necesitamos gestos así, es cierto que ahora nadie mueve un dedo por nadie. sin contrapartida no hay nada.

es la mentalidad competitiva que impera en todos los aspectos. en el laboral es terrorífico. y en lo social hemos perdido el impulso de lanzarnos a ayudar al otro sin medir nada. y además hacerlo de forma libre e individual. no movido por un grupo y demás organizaciones, sino una bondad de unos hacia otros, particular, pequeña, sin ideología.

me alegró el día y sé que tú te alegraste por mí, por la hermosa sensación que nos da saber que hay muchas almas libres por ahí, y a veces, cuando estamos tan apurados aparecen.

un abrazo para un ser hermoso, anárquico y libre mi querido Stalker