viernes, 19 de noviembre de 2010

Bande à Part



"...en un mundo nuevo

hay que hacer banda aparte

para no encontrarse sin aliento" JL Godard


Imagen, fotograma de la película Bande à Part de Jean-Luc Godard

Dance With Me

Vamos a bailar pequeño extranjero
muéstrame pecados secretos
el amor puede ser como la esclavitud
Sedúceme, una vez más

Ardo como un ángel
¿Quién tiene el cielo en suspensión?
Ardo como el hombre de vudú
con los demonios en la manga

¿No quieres bailar conmigo
en mi mundo de fantasía
¿No quieres bailar conmigo
Ritual de la fertilidad

Como una aparición no
parece real en absoluto
Como una premonición de
maldiciones en mi alma

La forma en que quiero amarte
bien podría estar en contra de la ley
Te he visto en miles de mentes
como un ángel caído

¿No quieres bailar conmigo
en mi mundo de fantasía
¿No quieres bailar conmigo
Ritual de la fertilidad

Vamos pequeño extranjero
sólo hay un último baile
la música pronto se acaba
vamos a darle una oportunidad más

¿No quieres bailar conmigo
en mi mundo de fantasía
¿No quieres bailar conmigo
Ritual de la fertilidad

Tienes una oportunidad conmigo
en mi mundo de fantasía
¿No quieres bailar conmigo…





"Dance with me" en la voz de Melanie Pain, del grupo Nouvelle Vague.

El video incluye un extracto de la película de J.L. Godard, Bande à Part, 1964, que dio su nombre al segundo disco del grupo en el 2006.

La Arquitectura del Deseo




LA ARQUITECTURA DEL DESEO


El deseo: nefasta construcción, sin indicios de habitabilidad, que se levanta dentro del cuerpo sin cimientos previos. (¿Quién podía intuir tantos solares aptos y replegados?)

El deseo: laberinto con una instalación de alarmas que traicionan.

El deseo: laberinto enmarañándose desde un roce de lenguas hasta un mar que inunda islas.Insiste el laberinto. Luces impenetrables y un sopor amarillo van cegando los corredores. No hay monstruo más hermoso que el amor acosado.



Aurora Luque, “La metamorfosis incesante” 1994

Imagen, Dante Gabriel Rossetti

viernes, 5 de noviembre de 2010

Noches...



Noches Salvajes-Noches Salvajes-!
Si estuviera contigo
Las Noches salvajes serían
Nuestra lujuria!

Triviales-Los vientos-
para un corazón que llega a puerto-
Ya no sirve el compás-
Ya no sirven los mapas-!

Remando en el Edén-
Ah, el mar!
Si pudiera anclar-esta noche-
en ti!

Emily Dickinson

Dulce y extraña certeza

Junio 11, 1852


Están limpiando mi casa hoy, Susie, y aproveché para hacer un vuelo rasante hasta el escritorio donde con afecto, y contigo, voy a gastar las más preciosas de todas mis horas para pensar, suspirando, en ti. No puedo creer, querida Susie, todo el tiempo que hace que estoy sin verte, un largo y vacío año: sé que a veces el tiempo nos parece que pasa volando porque mis pensamientos sobre nosotras son tan cálidos como si te hubieras ido apenas ayer... y luego pasa como si años y años hubieran atravesado el silencioso sendero y el tiempo se hace extrañamente largo. ¿Y ahora, cuán rápidamente voy a tenerte, a tenerte en mis brazos? .
Tendrás que perdonar mis lágrimas, Susie, ellas sienten esa felicidad de venir y no está en mi corazón reprocharlas y mandarlas a casa. No sé por qué pero hay algo en tu nombre que en este mismo instante se está apropiando de mí, que llena plenamente mi corazón y mis ojos, ellos también. No significa que yo esté acongojada ni triste, no, Susie, pero pienso en todos esos lugares donde nos sentábamos al sol, y me da miedo haberlos perdido. Creo que es por eso que vienen mis lágrimas. Mattie estuvo en casa ayer por la tarde, y nos sentamos frente a la puerta de piedra, y hablamos sobre la vida y el amor, y conversamos sobre los sueños infantiles, sobre las cosas felices. La tarde se fue muy pronto y caminé hasta casa con Mattie bajo la luna silenciosa y sentí deseo de estar contigo. No viniste, querida, pero un pedacito de cielo sí, un cielo que se parecía a nosotras... y caminamos de un lado a otro maravilladas de que la felicidad estuviera acompañándonos. Aquellas uniones, mi querida Susie, por las cuales vivíamos, esa dulce y extraña certeza en la que caíamos y que nadie admitía, ¿cómo no habría de llenar mi corazón y golpearme salvajemente, cómo no habría de hacerme tuya y hacerte mía y hacerme sentir hoy feliz porque te tuve, aunque parezca mentira?.


Carta de Emily Dickinson a Susan Gilbert.

Emily escribió más de 300 cartas a Susan, más que a cualquier otro corresponsal.

Poems by Emily Dickinson, Three Series, Complete, edited by Robert John Mestre


Imagen Christine Collins