sábado, 29 de mayo de 2010

Este es mi barco


"Todos mis buques son blancos - dijo Rhoda - No quiero los pétalos rojos de los geranios y de las malvas del huerto. Quiero pétalos blancos que floten cuando inclino el cuenco. (...) He recogido los pétalos y los he puesto a nadar. Aquí pondré un faro. Y ahora voy a balancear mi cuenco castaño de un lado a otro, para que mis barcos naveguen con oleaje. Algunos se hundirán. Algunos se estrellarán contra los arrecifes. Uno navega sólo. Este es mi barco. Penetra en las heladas cavernas en las que ladra una foca, y cadenas verdes pendientes de las estalactitas se balancean. Se alzan las olas. Sus crestas se enfurecen, fíjate en las luces de los mástiles…"

Las Olas, Virginia Woolf

Una vez me escribiste...

"Una vez me escribiste que te gustaría estar sentada a mi lado mientras escribo; pero piensa que en ese caso sería incapaz de escribir...Escribir significa abrirse por completo...Por eso nunca puede uno estar lo suficientemente solo cuando escribe; por eso nunca puede estar rodeado del suficiente silencio cuando escribe, y hasta la noche resulta poco nocturna. Por eso nunca dispone uno de bastante tiempo, pues los caminos son largos y es muy fácil extraviarse...Muchas veces he pensado que la mejor forma de vida, para mí, consistiría en recluirme en lo más hondo de un sótano espacioso y cerrado, con una lámpara y todo lo necesario para escribir. Me traerían la comida y me la dejarían siempre lejos de donde yo estuviera, tras la puerta más exterior del sótano. Ir a buscarla, en camisón, a través de todas las bóvedas del sótano, sería mi único paseo. Luego regresaría a mi mesa, comería lenta y concienzudamente, y en seguida me pondría otra vez a escribir. ¡Las cosas que escribiría entonces! ¡De qué profundidades las arrancaría!"

Carta de Franz Kafka a Felice Bauer

lunes, 24 de mayo de 2010

Nos salvará


Otra noche,

la nieve de tu piel y de tu vida

reposan milagrosamente al lado

de un resplandor de llamas,

del amor que se enciende en más amor.

El que te salvará.

El que nos salvará.

Fragmento del poema Nocturno de Antonio Colinas
Fotografía de Mauro Fiorese

Ahora, a buscar la vida


ya comprendo la verdad
estalla en mis deseos
y en mis desdichas
en mis desencuentros
en mis desequilibrios
en mis delirios
ya comprendo la verdad
ahora
a buscar la vida

Poema Solamente de Alejandra Pizarnik
Fotografía de B.Berenika

lunes, 17 de mayo de 2010

Una piedrita diminuta

"Pues nadie que empieza puede saber qué encontrará en sí mismo. ¿Cómo podría presentirlo si, de hecho, aún no existe? Con herramientas prestadas va excavando un terreno también prestado y extraño, es decir, ajeno. Cuando por vez primera, de improviso, se encuentra ante algo que no conoce, que nunca le llegó de ningún lado, se asusta y siente un vértigo: pues aquello es realmente lo propio. Puede ser muy poco: un cacahuete, una raíz, una piedrita diminuta, una mordedura venenosa, un nuevo olor, un sonido inexplicable o incluso un filón oscuro y de largo alcance. Cuando tenga el valor y la presencia de ánimo necesarios para despertarse del primer vértigo temeroso y reconocer y nombrar aquello que ha encontrado, empezará su vida auténtica, la propia."

"La conciencia de las palabras", Elias Canetti
Fotografía de Steendo Essing

Retóricas vanas

(...) tres ratones ciegos:
dos ratones ciegos:
un ratón ciego:
un ratón ciego:
uno ciega ratones:
dos ciega ratones:
uno ciega ratones:
(...) vean como corren:
vean como corren:
vean como corren:
(...) viste alguna vez:
viste alguna vez:
viste alguna vez:
viste alguna vez:
tal cosa en tu vida:
como tres ratones ciegos:
cuatro ratones ciegos:
cinco ratones ciegos:
seis ratones ciegos:
siete ratones ciegos:
siete ratones ciegos:
seis orgullosos caminantes
cinco días de Navidad
cuatro y veinte mirlos
tres ratones ciegos. Van
una frase nominal
una frase nominal
por favor repita
parar rompe la regla
alinear los indicadores numéricos
parar rompe la regla. No.
Seguir obedece otra regla
parar rompe la regla
alinear los indicadores numéricos
¿quién ciega ratones?
una frase nominal
eso es agresión
cláusula imperativa
conducta temerosa
usando las piernas
una frase nominal
más agresión
pensamiento divergente
interrogativa
oyente involucrado
el oyente no es ciego
oyente no ratones
oyente viviente
¿son símbolos?
aprieto de humanidad
explosión de población
fuera de control
yo también
bucle infinito
mira cómo corro
mira cómo corro
(Lerner)

¿Quién ciega ratones?

Ciega ratones aquel que aburre con retóricas vanas...
Ciega ratones aquel, también, que inocula el virus de la Verdad administrando transfusiones de plasma conceptual a quienes se sienten enfermos de sin-sentido. Aquel que ofrece paraísos sistemáticos a los heridos de vida. Aquel que inyecta, como un orgullo de raza, la intelectualidad que encubre nuestra miseria: nuestra ignorancia.

Tanta es nuestra ceguera que no distinguimos quienes son, realmente, los ratones ni quién está corriendo ...

Descreer. Descreer. Eliminar el lastre de todas las creencias. Ése es el umbral del vacío, la puerta que conduce al interior que es centro y superficie.

"Contra el arte y otras imposturas" de Chantal Maillard
Fotografía de B.Berenike

sábado, 15 de mayo de 2010

Esa gran aventura

No invento para ti un miserable paraíso de momias de ratones,
tan ajeno a tus huesos como el fósil del último invierno en el desván;
ni absurdas metamorfosis, ni vanos espejos de leyendas doradas.
Sé que preferirías ser tú misma,
esa protagonista de menudos sucesos archivados en dos o tres memorias
y en los anales azarosos del viento.
Pero tampoco puedo abandonarte a un mutilado calco de este mundo
donde estés esperándome, esperando,
junto a tus indefensas y ya sobrenaturales pertenencias
-un cuenco, un almohadón, una cesta y un plato-,
igual que una inmigrante que transporta en un fardo el fantasmal resumen del pasado.
Y qué cárcel tan pobre elegirías
si te quedaras ciega, plegada entre los bordes mezquinos de este libro
como una humilde flor, como un pálido signo que perdió su sentido.
¿No hay otro cielo allá para buscarte?
¿No hay acaso un lugar, una mágica estampa iluminada,
en esas fundaciones de papel transparente que erigieron los grandes,
ellos, los señores de la mirada larga y al trasluz,
Kipling, Mallarmé, Carroll, Eliot o Baudelaire,
para alojar a otras indescifrables criaturas como tú,
como tú prisioneras en el lazo de oscuros jeroglíficos que las ciñe a tu especie?
¿No hay una dulce abuela con manos de alhucema y mejillas de miel
bordando relicarios con aquellos escasos momentos de dicha que tuvimos,
arrancando malezas de un jardín donde se multiplica el desarraigo,
revolviendo en la olla donde vuelven a unirse las sustancias de la separación?
Te remito a ese amparo.
Pero reclamo para ti una silla en la feria de las tentaciones;
ningún trono de honor,
sino una simple silla a la intemperie para poder saltar hacia el amor:
esa gran aventura que hace rodar sus dados como abismos errantes.
El paraíso incierto y sin vivir.

Canto a Berenice (XVI), de Olga Orozco
Fotografía de Francesca Woodman

viernes, 14 de mayo de 2010

El reconocimiento de la ilusión

"Si no hubiéramos tolerado las artes ni ideado este tipo de culto de lo no verdadero, el conocimiento de la no verdad y mentira universales que nos proporciona hoy la ciencia-el reconocimiento de la ilusión y del error como condiciones de la existencia cognoscitiva y sensible-no sería en absoluto soportable. Las consecuencias de la honradez serían la nausea y el suicidio".

F. Nietzsche

Cuadro de Carl Spitzweg, Der armer poet, 1839

domingo, 9 de mayo de 2010

Mauvais Sang

Anna, ¿ tú crees que existe el amor muy rápido, muy rápido...pero que dura toda la vida?

Tus labios se acercaron a mi oído y susurraron: "Si ves una pequeña luna amarilla en cada uno de mis ojos es que voy a gozar". Fijé la vista en tus ojos...al cabo de un breve momento ví dos lunas amarillas...

Tengo la sensación de que si te dejo escapar, lo dejo escapar todo para siempre.

De la película Mauvais Sang, Leos Carax, 1986

jueves, 6 de mayo de 2010

Abecedario

Arisca y un poco abstracta,
Babélica y a veces bostezante,
Carnal y cortesana,
Densa, dominadora,
Emancipada y escenográfica,
Feroz y fosca,
Gutural, gramática,
Húmeda, honda,
Insidiosa y a veces ingenua,
Jerigonza, jacobina,
Lábil, lenta,
Melancólica, mustia,
Neurótica, nostálgica,
Ojerosa, onomatopéyica,
Puber y a veces pusilánime,
Quimérica, quisquillosa,
Rebelde, rumiadora,
Solitaria y a veces salvaje,
Telúrica, túrgida,
Uterina, umbilical,
Vehemente y siempre vulnerable.

Cristina Peri Rossi

Del libro Babel Bárbara, Ed. Lumen
Fotografía de Marta Glinska

Trasfiguraciones


Vivimos entre dioses antiguos
divinidades arcaicas
escondidas en los gatos
en las ondulaciones del pulpo
en el porte majestuoso de una mujer descalza
que nos mira con ojos antiguos.

Como imágenes desplazadas
de religiones ya sin fe,
sin celebrantes.

Cristina Peri Rossi
Fotografía de Daniel Southard

sábado, 1 de mayo de 2010

Delicado equilibrio

Autismo

lo ajeno. lo que allí fuera existe amenza.
delicado equilibrio. ser cívica y correcta mientras
la demencia carcome
hacia adentro. hacia el centro del dolor. habitar y no.

días enteros entre las ramas del silencio. con nadie hablar. semanas, meses y años de confinamiento sin ninguna religión que salve. impedida de fe:

sublimar es una opción indigna.

paralizar el devenir. ignorar, no hacer ni puto caso al tiempo que de todas formas transcurre. lo cotidiano: un sueño malo y prolongado. la rutina: terror idiota y sin embargo insistir, con falsas ganas y forzado entusiasmo. todavía decir: no quiero, decir, nada nunca. y no poder esa mudez prestigiada.

mañana, tarde y noche inclinada hacia la fractura del sentido. quebrada reverencia que besa los pies del endiosado autismo. lo único que queda, lo mínimo que hay. sólo perdura el placer de lastimar y más luego, y después:

mundo y seres despreciados.

Andrea Gutiérrez

Imagen de Mark Heine "Heart of Light"